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El neurocientífico de la Universidad de Stanford Tony Wyss-Coray lleva años investigando cómo el plasma sanguíneo joven puede rejuvenecer organismos envejecidos y ahora, junto a un amplio equipo de investigadores, han experimentado con el líquido cefalorraquídeo para ver si puede hacer lo mismo en el cerebro. Se preguntaron si podría haber cambios en las células de la memoria envejecidas si se las exponía líquido cefalorraquídeo joven. Y llevaron su pregunta a la práctica.
Investigadores de Stanford infundieron líquido cefalorraquídeo joven en ratones envejecidos que mejoraron su función cerebral
La neurocientífica de Stanford Tal Iram y su equipo infundieron líquido cefalorraquídeo de ratones jóvenes en el cerebro de otros más viejos, que mejoraron su memoria. Los investigadores, además, identificaron y aislaron una proteína específica del líquido que puede ser, en gran medida, la responsable de las mejoras que observaron en los ratones envejecidos. Se trata del factor de crecimiento de fibroblastos 17 (Fgf17). Comprobaron que la infusión de esta proteína en el cerebro de los ratones propició una restauración de la memoria similar a la que ocurrió cuando infundieron el líquido cefalorraquídeo. El estudio se ha publicado este miércoles en la revista Nature y puede suponer una nueva vía de investigación para enfrentar el alzhéimer.
El experimento
Los investigadores sometieron a ratones con 18 meses de edad a pequeñas descargas eléctricas a la vez que emitían destellos de luz y sonido. Después, infundieron en ocho de estos ratones el líquido cefalorraquídeo de ratones de 10 semanas de vida. Otros 10 ratones recibieron un placebo. Tres semanas después volvieron a someter a los ratones a los destellos de luz y sonido, pero sin las descargas.
El líquido cefalorraquídeo joven aumentó la proliferación de células progenitoras de oligodendrocitos (OPC) en el hipocampo de los ratones viejos
Según exponen en el artículo, casi el 40% de los ratones infundidos con el LCD recordaron y asociaron la luz y el sonido con la descarga de hacía tres semanas y se quedaron paralizados por el miedo. Pero esta reacción solo ocurrió en el 18% de los ratones a los que se inyectó un placebo. Este resultado sugiere que se pudieron mejorar las funciones de memoria de los ratones. El Dr. Wyss-Coray va más allá dice que estos resultados implican “que el cerebro aún es maleable” pese a la edad “y hay formas de mejorar su función”.
¿Qué hace el LCR joven en el cerebro del ratón envejecido?
Los investigadores analizaron el cerebro de los ratones infundidos y comprobaron que el líquido cefalorraquídeo joven aumentó la proliferación y diferenciación de células progenitoras de olidendrocitos (OPC) en el hipocampo de los ratones viejos. Esta parte del cerebro es la “central” de la memoria y los oligodendrocitos son fundamentales para producir el revestimiento que hace posible que haya conexiones entre neuronas. “Como el aislamiento de un cable, ese revestimiento ayuda con la conductividad”, señala el Dr. Wyss-Coray en declaraciones recogidas por Jude Coleman en Nature. “Generar más células que aíslen las conexiones nerviosas ayuda a mantener la función cerebral”, añade.
Descubrieron que la molécula que inducía la proliferación de oligodendrocitos era la proteína Fgf17. Su infusión permite “la consolidación de la memoria a largo plazo en ratones de edad avanzada”
Identificaron el factor de respuesta sérica (SRF) como mediadador de la proliferación de células progenitoras de oligodendrocitos y analizaron qué molécula estaba activando el SRF. Así aislaron la proteína Fgf17 y probaron lo que era capaz de hacer. “Descubrimos que que la infusión del factor de crecimiento de fibroblastos 17 (Fgf17) es suficiente para inducir la proliferación de OPC y la consolidación de la memoria a largo plazo en ratones de edad avanzada, mientras que el bloqueo de Fgf17 afecta la cognición en ratones jóvenes”, explican en su artículo. “Estos hallazgos demuestran el poder rejuvenecedor del LCR joven e identifican a Fgf17 como un objetivo clave para restaurar la función de los oligodendrocitos en el cerebro que envejece”, concluyen.
Aunque es una técnica muy compleja, que requiere extraer el LCR e inyectarlo directamente en el cerebro y solamente se han visto resultados en ratones, los investigadores señalan el valor de estos resultados para comprender cómo envejece el cerebro. También abre una posible nueva vía para la investigación y desarrollo de nuevas terapias que puedan arrojar luz a enfermedades como las demencias o el alzhéimer. Patologías que aumentan con el envejecimiento de la población para las que no hay terapias eficaces.
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