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La crisis de suministros y energética ha llevado a la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) a solicitar un plan de choque. Su secretaria general, Margarita Alfonsel, insiste en que la tecnología sanitaria es un sector esencial para el Sistema Nacional de Salud. Durante la entrevista se han puesto sobre la mesa medidas como un plan de industrialización, medidas para la viabilidad de los contratos públicos, mecanismos de indexación de costes o la aplicación de un IVA reducido.
¿Cómo ha impactado la crisis de suministro y energética en el sector de tecnología sanitaria?
Las empresas de tecnología sanitaria están sufriendo dificultades para aprovisionarse de materias primas y componentes electrónicos, así como un incremento impredecible y sin precedentes de los costes de las materias primas, de la energía, de la cadena logística/de transporte y los laborales.
“Se trata de una crisis global que afecta a todos los sectores productivos, pero el nuestro es estratégico y esencial para el sistema sanitario”
Somos conscientes de que se trata de una crisis global que afecta a todos los sectores productivos, pero el nuestro es un sector estratégico y esencial para el sistema sanitario y para los pacientes; somos proveedores de tecnología y productos sanitarios necesarios para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades. No obstante, las compañías de este sector están dando lo mejor de sí por mantener e incluso aumentar su capacidad productiva en este contexto tan complejo, y que tanto los pacientes como la actividad asistencial no se vean afectados.
¿Existe una estimación de cuánto se han disparado los costes?
Somos un sector muy heterogéneo y el incremento de costes no afecta igual, por ejemplo, a un fabricante de suturas que a un fabricante de equipamiento. Por tanto, es complicado marcar una cifra representativa a nivel sectorial. No obstante, sí podemos asegurar, por el contacto permanente que mantenemos desde la federación con las empresas asociadas, que muchas de ellas están viendo comprometida su viabilidad por el impacto que están teniendo de incremento de costes.
“Deben aplicarse medidas estructurales que aseguren la viabilidad de los contratos públicos que en muchos casos se están viendo comprometidos”
Bajo nuestro punto de vista, las administraciones sanitarias deberían evaluar caso por caso para tomar medidas, cuando corresponda, y garantizar el acceso de los pacientes a las tecnologías sanitarias. En esta línea, hemos elaborado un informe que recoge las diferentes variables y marca varias líneas a seguir.
¿Han solicitado al Gobierno un plan de choque? ¿Cuáles serían las principales líneas de ese plan?
El sector de tecnología sanitaria siempre se ha caracterizado por dar lo mejor de sí para garantizar el acceso de los pacientes a las tecnologías sanitarias, en especial en las situaciones más comprometidas o de mayor complejidad, como la reciente pandemia que hemos vivido. La solución pasa por trabajar con las administraciones en la búsqueda de soluciones consensuadas y la puesta en marcha de un plan de choque para nuestro sector que atienda tanto el ámbito productivo como el financiero.
“Los mecanismos de indexación de costes permitirían que los contratos públicos plurianuales no vivan al margen de la realidad económica”
Respecto al ámbito productivo, el plan de choque debe garantizar la máxima disponibilidad de materias primas y componentes; en especial, en un sector como el nuestro que aporta al Sistema Nacional de Salud productos sanitarios esenciales. Ligado con lo anterior, deben aplicarse medidas estructurales que aseguren la viabilidad de los contratos públicos que en muchos casos se están viendo comprometidos por esta situación. En este sentido, es preciso que se habiliten mecanismos de indexación de costes que permitan mantener el equilibrio económico-financiero de los contratos públicos. También es importante tener en cuenta que la falta de disponibilidad de materias primas y componentes electrónicos está impidiendo en algunos casos cumplir los plazos de entrega de los productos.
Han solicitado mecanismos de indexación de costes, ¿en qué consistirían?
Consiste en hacer que los contratos públicos plurianuales no vivan al margen de la realidad económica que vive nuestro país y, en consecuencia, se puedan marcar de forma transparente y objetiva indicadores con los que mantener el equilibrio económico-financiero de los contratos durante su vigencia. Esta propuesta no es novedosa; se trata de recuperar la situación vigente hasta el año 2015, cuando se modificó la legislación de contratación pública y, desde entonces, se desvincularon los precios de los contratos del IPC.
“El Gobierno sí ha permitido que los contratos de obra pública puedan acceder a estos mecanismos de indexación, pero no así para los contratos sanitarios”
La propia Ley de Desindexación de la economía española indica que la indexación debe ceñirse a casos en los que sea necesario y eficiente; en particular, vinculando la evolución de los precios a la de los costes de producción. El Gobierno sí ha permitido que los contratos de obra pública puedan acceder a estos mecanismos de indexación, pero no así para los contratos sanitarios, a pesar de ser esencial para asegurar el acceso de los pacientes a tecnología y productos de calidad.
¿Cómo se puede hacer frente a la falta de materias primas?
Primero de todo, abordando el problema y manteniendo un diálogo constante entre todos los agentes del sistema para encontrar soluciones compartidas. En el plazo más inmediato, ante una crisis de suministros como la actual, se debería priorizar la disponibilidad de materias primas en ámbitos productivos de vital importancia para la sociedad, como aquellos que protegen la salud pública. Pero, a medio y largo plazo, sí se lo hemos planteado ya a la Administración, se debe desarrollar un Plan de Industrialización para el Sector de Tecnología Sanitaria que fortalezca un tejido industrial que ya es sólido, pero favorezca una todavía mayor capacidad productiva y evite la actual dependencia de terceros países.
“Se debe desarrollar un Plan de Industrialización para el Sector de Tecnología Sanitaria que fortalezca un tejido industrial”
La aplicación del IVA reducido permanente a los productos sanitarios ha sido una reivindicación histórica, ¿por qué no han accedido los diferentes gobiernos?
Hay que reconocer que, hasta hace poco, el Gobierno español tenía limitada su capacidad de acción en este ámbito, como el resto de los gobiernos nacionales de la UE, porque el marco normativo comunitario no lo permitía. Sin embargo, ahora todo ha cambiado. Desde el pasado 6 de abril, tras la publicación de la Directiva europea 2022/542, los Gobiernos nacionales pueden fijar tipos de IVA reducidos y cero a determinados productos y servicios que satisfacen necesidades básicas.
Precisamente, el texto de la reforma del IVA menciona expresamente a los “equipos, aparatos, dispositivos y artículos médicos, así como el material auxiliar y los equipos de protección” como bienes esenciales a los que se les puede aplicar un IVA reducido. Por ello, el Gobierno puede, desde hace tres meses, reducir el IVA de los productos sanitarios que en su mayoría tributan con el tipo impositivo más alto (21%). Se trata de productos esenciales para los pacientes y, por tanto, consideramos prioritario una reforma fiscal inmediata que permita aplicar un IVA reducido a los productos sanitarios.
“Un IVA reducido a los productos sanitarios podría generar un ahorro de más de 1.000 millones de euros que poder revertir en el propio sistema”
Las ventajas serían notorias, para pacientes —como usuarios finales— profesionales y los propios hospitales y centros de salud. Según nuestras estimaciones, la aplicación de un IVA reducido a los productos sanitarios podría generar un ahorro de más de 1.000 millones de euros que poder revertir en el propio sistema.
¿Qué ocurriría si no se pone en marcha un plan de choque en el corto y medio plazo?
No debemos llegar a situaciones límite en las que la viabilidad de muchas empresas de este sector quede comprometida, se destruya empleo y, lo que es más grave, los pacientes puedan encontrar problemas para disponer de tecnologías de calidad para diagnosticar o tratar sus enfermedades. Hay que asegurar el acceso a tecnología y productos de primera necesidad que son fundamentales para la salud de las personas y su calidad de vida. Por tanto, no es asunto menor y exige la toma de medidas rápidas y eficaces. No hay tiempo que perder y por ello estamos a total disposición de las administraciones para colaborar en la búsqueda de soluciones.
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