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Se acaba de presentar en el Parlamento Europeo y vuelve a ofrecer una perspectiva poco halagüeña si de salud mental hablamos, con una nueva ola de trastornos en los 27 países de la Unión Europea más Reino Unido, originada por la incertidumbre económica, la guerra y el cambio climático. El informe Headway Mental Health 2022, elaborado por el think tank The European House – Ambrosetti y la farmacéutica Angelini Pharma, se centra en esta edición en analizar los determinantes ambientales de la salud mental y cómo están afectando a la población europea. En su presentación ha participado el Dr. Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón.
El informe Headway Mental Health 2022 analiza los determinantes ambientales de la salud mental y su repercusión en la población europea
Entre otras dimensiones, con la evaluación de 55 indicadores, muestra la repercusión en la salud mental de la población de lo medioambiental, tanto el entorno físico como la crisis climática y el entorno geopolítico. Así, el informe tiene en cuenta aspectos como la contaminación, el clima, las catástrofes naturales, la seguridad o la delincuencia, entre otros. Teniendo en cuenta estos factores, han analizado el estado de la salud mental de la población la capacidad de respuesta de los sistemas a las necesidades de salud mental y cuáles son estas necesidades en los lugares de trabajo, las escuelas y la sociedad.
El documento subraya el “desastroso impacto” de cuestiones como el cambio climático, las inundaciones masivas, las olas de calor y los conflictos sociopolíticos, como la guerra de Ucrania, en la salud mental. Entre otras consecuencias del cambio climático, los autores nombran el aumento de la mortalidad, los comportamientos impulsivos y agresivos y el incremento de las tasas de suicido.
Subraya el “desastroso impacto” del cambio climático, las inundaciones masivas, las olas de calor y la guerra de Ucrania en la salud mental
Por otra parte, la pandemia y las medidas restrictivas asociadas a ella han tenido un fuerte impacto en los trastornos de depresión y ansiedad. Todos los países han registrado un aumento de ellos. De hecho, la publicación subraya el “efecto devastador”, aún presente, de la pandemia de Covid-19 en la salud mental.
Señala que la pandemia ha intensificado los largos tiempos de espera, la escasez de personal y la falta de financiación en salud mental. Además, el mayor riesgo de infección, los horarios de trabajo más largos y la elevada carga de pacientes han contribuido a que los profesionales sanitarios experimenten niveles de ansiedad y depresión mucho más elevados que los de otras profesiones.
Señala un aumento de la mortalidad, de los comportamientos impulsivos y agresivos y de las tasas de suicido como consecuencias del cambio climático
La publicación destaca, además, cómo los Estados miembros deben abordar el apoyo a la salud mental de las personas en los lugares de trabajo, las escuelas y la sociedad. Algunos países europeos carecen de datos relevantes sobre los factores necesarios para evaluar estas necesidades, como la tasa de empleo o el apoyo social a las personas con problemas de salud mental. Sin embargo, la evaluación de estos factores es esencial para que los responsables políticos y los proveedores de asistencia sanitaria puedan garantizar un apoyo integral a las personas con problemas de salud mental.
La OMS-Europa calcula que más de 110 millones de personas viven con algún tipo de trastorno de salud mental en Europa. Además, los trastornos de salud mental se encuentran entre las 10 enfermedades no transmisibles más comunes. Los determinantes ambientales son una categoría recientemente enmarcada en la salud mental. Su importancia reside en que incorporan todas las condiciones externas que afectan a la vida, el desarrollo y la supervivencia de una persona.
La publicación subraya el “efecto devastador”, aún presente, de la pandemia de Covid-19 en la salud mental
Los indicadores medidos en este ámbito incluyen una amplia gama de factores como las horas de luz, el cambio climático y la contaminación atmosférica; los espacios verdes urbanos, los conflictos, la migración y la recesión económica, así como las malas condiciones de vivienda y el hacinamiento. Las interacciones entre estos factores determinan la salud mental tanto de los individuos como de las poblaciones, según pone de manifiesto el documento.
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