..Gema Maldonado.
En menos de dos meses se cumplirán tres años desde la irrupción del SARS-CoV-2 en China, de la alerta de la Organización Mundial de la Salud y del inicio de lo que ha resultado ser la mayor crisis sanitaria mundial en el último siglo. En este tiempo, el virus se ha llevado muchas vidas, ha dejado graves secuelas en otras y ha dejado temblando los sistemas sanitarios.
Pero el escenario también ha ido cambiado mucho en países como España, con acceso a las vacunas y altísimas coberturas vacunales, y con la llegada de variantes con mayor capacidad infectiva, sí, pero menos agresivas para producir enfermedad grave, como ha resultado ser Ómicron.
El perfil que llega al hospital con Covid-19 ha pasado de hacer neumonías bilaterales a ser personas inmunodeprimidas y mayores con comorbilidades
Con estos factores se dibuja un panorama epidemiológico diferente, los hospitales ven que el perfil de pacientes que acude con Covid-19 es distinto y el foco se centra en los pacientes más vulnerables. No solo la realidad que se ve en los hospitales los indica, también las últimas evidencias basadas en estudios actuales que se han presentado en los últimos congresos internacionales de enfermedades infecciosas y de urgencias y emergencias.
“El cuadro de neumonía intersticial lateral, que era el 70% de los pacientes que llegaban en la primera ola ha desaparecido prácticamente, y ahora supone un 3%”, ha explicado el Dr. Juan González del Castillo, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), en una sesión online de actualización sobre las últimas evidencias científicas disponibles en Covid-19, junto al Dr. Francisco Javier Candel, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Clínico San Carlos, y organizada por la compañía MSD.
Dr. González del Castillo: “Inmunodeprimidos y mayores con comorbilidades son la población sobre la que hay que intervenir en los primeros días de síntomas con los antivirales que tenemos”
A las urgencias hospitalarias llegan “pacientes inmunodeprimidos que no han hecho una buena respuesta a la vacuna y pacientes de edad avanzada, especialmente cuando tiene dos o más comorbilidades. Son la población vulnerable sobre la que hay que intervenir en los primeros días de síntomas, cuando la enfermedad es leve, con los antivirales de los que disponemos y que son altamente eficaces”, ha explicado.
Pese a todo, cada semana se siguen certificando entre 70 y 80 personas fallecidas a causa del Covid-19. Habitualmente son personas que han requerido ingreso hospitalario. No es el Covid-19 lo que de forma directa los lleva a morir, pero sí es el desencadenante. “Son los pacientes más ancianos a los que el Covid-19 les provoca descompensación en las patologías crónicas y acaban muriendo por esas patologías”, explica el Dr. González del Castillo.
Dr. Candel: “Son los pacientes más ancianos a los que el Covid-19 les provoca descompensación en las patologías crónicas y acaban muriendo por esas patologías”
Además, esa desestabilización causada por la infección es la que los lleva al hospital. Y la estancia allí también tiene consecuencias en su salud. “Si se alarga el tiempo de ingreso aparecen factores como las infecciones hospitalarias”, advierte el Dr. Candel, que vienen a empeorar la situación. Y otras como “el deterioro funcional y el delirium”, apunta el Dr. Del Castillo.
Factores que, sumados, si no llevan al fallecimiento, implican “una peor recuperación del paciente y generan problemas sanitarios y sociosanitarios”. Pese al goteo constante de personas con una vida y una familia que fallecen y que están tras los números, esos 70 u 80 decesos semanales “es de las mejores cifras que estamos viendo”, admite el Dr. Candel.
Datos sobre la efectividad de los antivirales
Los ensayos clínicos de los antivirales disponibles para tratar el Covid-19 se desarrollaron antes de la llegada de Ómicron y en un momento en el que la tasa de vacunación era baja. Por eso, los investigadores se han preguntado si seguían sindo efectivos en el escenario actual. El último Congreso Europeo de Medicina de Emergencias (Eusem) ha presentado respuestas a esta pregunta. “Hay estudios en vida real que muestran que cuando se selecciona de forma adecuada la población a tratar, estos tratamientos siguen siendo eficaces“, explica el Dr. González del Castillo.
Dr. González del Castillo: “Estudios en vida real muestran que cuando se selecciona de forma adecuada la población a tratar, (mayores e inmunodeprimidos) los antivirales siguen siendo eficaces”
El presidente de Semes ha expuesto algunas de las investigaciones presentadas en el Eusem. Un estudio desarrollado en Israel determina que el perfil de paciente al que hay que tratar es el mayor de 65 años. Cuando trataban a estos mayores con molnupiravir en los primeros días de síntomas, se reducía en un 45% el riesgo de hospitalización y en un 74% la mortalidad. “En cambio no vieron diferencia entre tratar o no a los pacientes menores de 65 años”, señala el urgenciólogo. Un segundo estudio, el ensayo Panoramic, desarrollado en Reino Unido, mostró que los pacientes tratados con este fármaco tardaban cuatro días menos en recuperarse y alcanzaba cargas virales indetectables antes.
En esta línea se han presentado otros estudios en la Infectious Disease Week (IDWeek), el congreso de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas celebrado en Washington D.C. al que ha acudido el Dr. Candel. Allí se ha dado a conocer la presentación intramuscular de sotrovimab, hasta ahora era de administración intravenosa. Este fármaco ha demostrado “reducir especialmente la mortalidad en pacientes de riesgo”, afirma el Dr. Candel.
Otros estudios indica que el tratamiento con antivirales se ha observado “mejoría no solo de pronóstico, también en la incorporación de los pacientes a su vida normal”, añade el especialista. La cita americana también abordó la necesidad de que a los sanitarios también se les administre una cuarta dosis de la vacuna del Covid-19 debido a los riesgos de exposición a los que están sometidos.
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