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Los brazos del cirujano se multiplican, su visión se agudiza y el movimiento de sus manos se amplía consiguiendo ángulos casi imposibles y no es que el ser humano que realiza la operación haya desarrollado superpoderes, es que cuenta con un robot que convierte una operación oncológica de riñón, vejiga o uretra que requeriría “grandes cortes en el abdomen” en una cirugía mínimamente invasiva y precisa. Lo cuenta a iSanidad el Dr. Alberto Breda, jefe de la Unidad de Urología Oncológica de la Fundació Puigvert. Preside la Sección de Cirugía Robótica de la Sociedad Europea de Urología (EAU), que ha celebrado hace unos días su congreso anual en Barcelona. Desde allí se realizaron y retransmitieron 38 cirugías robóticas in vivo.
Instrumentos articulados, inteligencia artificial o visualización 3D ya forman parte de algunos de los robots que complementan el conocimento y la experiencia de los cirujanos. El Dr. Breda hace un repaso por las oportunidades que ofrece la cirugía robótica en urología, las ventajas para pacientes y médicos y las necesidades de formación de los profesionales.
¿En qué medida la cirugía robótica está cambiando las operaciones en urología?
La cirugía robótica nos permite aplicar los principios de la cirugía mínimamente invasiva al espectro de patologías urológicas oncológicas y no oncológicas. El tipo de operación quirúrgica que se realiza en realidad no se ha visto afectado por la llegada de la robótica, ya que la técnica robótica ha repercutido sobre todo en la invasividad que la cirugía tiene hacia el paciente al evitar grandes cortes en el abdomen y garantizar una precisión extrema gracias a la visión endoscópica y a la destreza de los instrumentos.
“La visión se magnifica y los instrumentos tienen siete grados de movimiento en ángulos mayores que los de las manos humanas. Esto da una gran ventaja en términos de precisión y habilidad quirúrgica”
¿A qué tipo de intervenciones quirúrgicas urológicas se puede aplicar la robótica?
La robótica puede aplicarse a un gran número de procedimientos. En la actualidad está reservada principalmente a la cirugía abdominal, aunque están apareciendo algunos robots dedicados a la cirugía endoscópica del tramo urinario superior e inferior. Actualmente la gran mayoría de las cirugías robóticas se realizan para enfermedades oncológicas de próstata, vejiga y riñón. Sin embargo, una proporción menor se refiere a la cirugía reconstructiva de las vías urinarias en casos de síndrome de la unión pieloureteral o estenosis ureteral. El uso de la robótica para el tratamiento quirúrgico de la hipertrofia benigna de próstata es cada vez más frecuente.
¿Cómo cree que ha mejorado usted, como cirujano, desde que puede operar con robots?
Ciertamente, el hecho de que la visión sea magnificada, de alta definición y en tres dimensiones, combinado con el hecho de que los instrumentos tienen siete grados de movimiento en ángulos mayores que los de las manos humanas, da una gran ventaja en términos de precisión y habilidad quirúrgica. Además, dado el pequeño tamaño de los instrumentos, tiene todas las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva.
“Diversos estudios han demostrado que las curvas de aprendizaje para dominar una cirugía son más rápidas en la robótica que en la laparoscopia o en la cirugía abierta”
¿Pueden los robots quirúrgicos acabar con la variabilidad del médico o minimizarla?
Los robots quirúrgicos siguen siendo sólo una herramienta, aunque son muy sofisticados y pueden facilitar el trabajo del médico. Siempre existirá un cierto grado de variabilidad, debido a las habilidades inherentes del operador, el equipo y la experiencia quirúrgica. En este sentido, diversos estudios han demostrado que las diferentes curvas de aprendizaje para llegar a dominar una determinada cirugía son más rápidas en la robótica que en la laparoscopia o en la cirugía abierta.
¿Qué formación requiere para los cirujanos el uso de los robots quirúrgicos?
La base de la formación debe realizarse con un simulador para que el cirujano pueda familiarizarse con los movimientos de la consola del robot con cámara y los brazos robóticos. A continuación, el cirujano debe recibir formación por parte de formadores especializados en la colocación del paciente, los brazos robóticos y el uso de los instrumentos en los distintos pasos de la operación. Dentro de la EURS creamos el programa de formación estructurado y validado. Es el ERUS Robotic Curriculum, el objetivo es que un cirujano pueda realizar una prostatectomía robótica de forma independiente y eficaz.
“La formación debe realizarse con un simulador para que el cirujano pueda familiarizarse con los movimientos de la consola del robot con cámara y los brazos robóticos”
El plan incluye sesiones teóricas, formación en habilidades (laboratorios secos y húmedos), observación de casos reales en un centro de formación, asistencia a la cabecera del enfermo y formación tutorizada en la consola. Los participantes en los centros de acogida reconocidos pasan por el plan de estudios desarrollado de forma escalonada (formación modular), guiados por un mentor local. Este tipo de iniciativas requieren mucho tiempo para su desarrollo y posterior validación. Es el motivo por el que, por ahora, este plan de estudios sólo existe para la prostatectomía radical robótica. Pero se están estudiando nuevos currículos para varios otros procedimientos.
¿Están en desventaja aquellos pacientes que se operan en hospitales que no disponen de este tipo de robots?
La técnica abierta o laparoscópica siguen considerándose el gold standard del tratamiento en muchas patologías urológicas. Los pacientes que se someten a estos procedimientos, incluso para la patología oncológica sin el uso de robots, no tienen desventajas desde el punto de vista oncológico. Sin embargo, la literatura nos muestra que en varias áreas las cirugías robóticas conducen a un menor dolor en el postoperatorio, una menor tasa de transfusiones de sangre, un menor impacto en la cosmética del paciente y una recuperación más rápida de la autonomía con estancias hospitalarias más cortas.
“Los nuevos robots están superando limitaciones intrínsecas como la falta de retroalimentación táctil e integran inteligencia artificial”
¿Qué ventajas esperan que traigan robots de nuevas generaciones a la cirugía?
El panorama de los robots quirúrgicos está en plena ebullición, y la investigación evoluciona constantemente. Las nuevas generaciones de robots intentan superar ciertas limitaciones, en primer lugar, el coste de las máquinas y su uso; existen en el mercado numerosos robots con diferentes costes, que permiten la expansión de la cirugía robótica incluso en contextos en desarrollo con una disponibilidad económica limitada. Además de la reducción de costes, los nuevos robots están superando algunas limitaciones intrínsecas como la falta de retroalimentación táctil y están integrando el uso de la inteligencia artificial para apoyar al paciente y al cirujano.
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