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No abundan las dianas terapéuticas en el tratamiento de la obesidad, un problema de salud cuya prevalencia no para de crecer. Tampoco hay un arsenal terapéutico amplio y eficaz del que echar mano para combatirla. Por eso las expectativas se centran en las denominadas marcas epigenéticas. Huellas que nos dicen cómo cambia la expresión de los genes y que pueden ser biomarcadores, esas guías que los investigadores buscan para mejorar el diagnóstico y desarrollar estrategias terapéuticas personalizadas de las enfermedades.
“Las marcas epigenéticas se postulan como herramientas clave para la prevención, el pronóstico y el tratamiento de distintas enfermedades metabólicas, como la obesidad”
“Las marcas epigenéticas se postulan como herramientas clave para la prevención, el pronóstico y el tratamiento de distintas enfermedades metabólicas, como la obesidad y sus enfermedades asociadas”, afirmaba la Dra. Ana Belén Crujeiras, investigadora clínica de la Unidad de Epigenómica del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago, durante el XVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) celebrado la semana pasada en Barcelona.
La investigadora explicó que la característica de reversibilidad que presentan los mecanismos epigenéticos las convierte en dianas terapéuticas muy prometedoras. A estas dianas se podría dirigir una estrategia terapéutica personalizada, basada en un patrón de alimentación específico, suplementación con compuestos nutricionales bioactivos o, incluso, fármacos epigenéticos.
“Igual que las mutaciones genéticas, estas marcas epigenéticas son heredables. Pero, a diferencia de las mutaciones genéticas, son reversibles”
Estos mecanismos epigeneticos consisten en “marcas químicas que se unen al ADN y regulan la expresión de los genes, pero sin modificar la secuencia del ADN y actúan como interruptores, encendiendo o apagando la expresión de los genes“, detalló la Dra. Crujeiras, “igual que las mutaciones genéticas, estas marcas epigenéticas son heredables. Pero, a diferencia de las mutaciones genéticas, son reversibles”. Los mecanismos epigenéticos están implicados en la conexión entre los factores ambientales que influyen en la obesidad y la expresión de los genes. De ahí su importancia para hallar terapias personalizadas para esta enfermedad.
Los últimos hallazgos en el campo de la epigenética han puesto de manifiesto que la obesidad, al igual que otras enfermedades metabólicas, está regulada por mecanismos epigenéticos. Además, se ha demostrado que determinadas terapias de uso actual en la clínica, como la cirugía bariátrica y las intervenciones nutricionales para la pérdida de peso, son capaces de revertir el epigenoma relacionado con la obesidad.
Estudios dirigidos por la Dra. Crujeiras han identificado una firma epigenética de tejido adiposo obeso que se refleja en leucocitos de sangre periférica
Estudios realizados por el grupo de investigación que dirige la Dra. Crujeiras y del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), han identificar una firma epigenética de tejido adiposo obeso que se refleja en leucocitos de sangre periférica. También han identificado firmas epigenéticas relacionadas con las enfermedades asociadas a la obesidad, como la diabetes y el cáncer.
Además, los estudios de esta investigadora también han mostrado que mediante una estrategia terapéutica basada en una dieta cetogénica muy baja en calorías, el perfil de estas marcas epigenéticas de la obesidad se revierte. De hecho, han visto que se aproxima más al perfil que se observa en las personas sanas con normopeso.
Mayor pobreza supone más riesgo de obesidad
El sobrepeso y la obesidad son trastornos cada vez más frecuentes entre las personas más desfavorecidas y con bajos recursos. El menor coste de los productos con alta carga energética es uno de los principales factores que impulsan este fenómeno. Esta realidad la constatan a diario las organizaciones, sobre todo ONGs, que se encargan de la recogida, gestión y distribución de alimentos entre esta población.
Padecer inseguridad alimentaria “es una condición que aumenta el riesgo de desarrollar obesidad”
El congreso de la SEEDO ha abordado esta realidad con médicos y con organizaciones que se encargan de la recogida y distribución de alimentos. Una de ellas es la Fundació Banc dels Aliments de las Comarques de Lleida, que trata de revertir esta relación entre pobreza y obesidad con un servicio de nutrición pionero en España. Padecer inseguridad alimentaria “es una condición que aumenta el riesgo de desarrollar obesidad”, explica la directora de la fundación, Teresa Farré.
Estas personas “suelen adquirir productos de alta densidad energética, de menor precio, con mayor capacidad saciedad, pero con un perfil nutricional de mayor riesgo cardiometabólico“, añade. Calculan que el 32,1% de los usuarios del servicio que ofrece la esta fundación en Lleida presentan sobrepeso y un 29,6% obesidad. El servicio de asistencia nutricional tiene un programa más clínico, orientado al seguimiento individualizados de las personas derivadas por las trabajadoras y educadoras sociales y otro enfocado al trabajo comunitario con talleres de educación nutricional.
Dr. Ochoa: “A mayor nivel socioeconómico, mejores hábitos y menor obesidad. Eso es algo que constatamos en el trabajo diario que llevamos a cabo con población desfavorecida”
En la ciudad de Madrid, el Programa ALAS realiza intervención en la población para prevenir y tratar la obesidad y el riesgo alto de diabetes. El programa surge desde el Ayuntamiento de Madrid y lleva 11 años en funcionamiento. El Dr. Darío Ochoa, médico del Centro Municipal de Salud Comunitaria de Puente de Vallecas y miembro del Grupo de Trabajo del Programa ALAS, ha explicado en el congreso “los tres pilares fundamentales del programa, que son la intervención en población general, en personas con obesidad y alto riesgo de diabetes y las alianzas con otras organizaciones”.
El especialista ha señalado los resultados “de efectividad” en estos 11 años. Recientemente el programa ha presentado un proyecto concreto de obesidad infantil. Teniendo en cuenta la experiencia de estos años, el Dr. Ochoa afirma que “a mayor nivel socioeconómico, mejores hábitos y menor obesidad. Eso es algo que constatamos en el trabajo diario que llevamos a cabo con población desfavorecida”.
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