Redacción
Luis tiene 78 años, sufre un proceso de demencia, y su hija Estefanía, de 38, tiene síndrome de Down. Luis tiene un amor inmenso hacia su hija, a la que siempre ha motivado para que se convierta en una persona lo más independiente y autónoma posible. Ahora es él quien necesita que le cuiden por su demencia, y es Fani la que se preocupa por él. Padre e hija, residentes en el Centro Casaverde Villa de Catral (Alicante) para personas en situación de dependencia, consiguen establecer comunicación y fomentar su relación, a través de un corazón pintado en la ventana de la habitación de su hija.
Luis, que presenta una patología derivada de la edad, y su hija Estefanía con síndrome de Down, son capaces de comunicarse entre ellos. De esta manera él relaciona el corazón que ve por la ventana con su hija, desaparece la ansiedad de Luis y mejora la calidad de vida de ambos con la ayuda de los profesionales del centro. Vanesa López Manchón, psicóloga del centro, comenta que “cuando llegaron aquí, dada la situación de Luis, no era posible que se encontraran padre e hija en el mismo sector. Por suerte, Casaverde dispone de una zona para personas con discapacidad, lo que ha permitido que padre e hija se puedan ver cuando lo necesiten”.
Psicóloga López Manchón: “Como distintivo escogimos un corazón pintado de color rojo en la ventana de su hija, y a Luis le pusimos un mensaje en la pared para que entendiera que si se asomaba a la ventana, vería un corazón y allí es donde estaba su hija”
La idea del corazón surge por la necesidad de evitarle a Luis la situación de angustia que experimentaba por la separación con su hija. La psicóloga Manchón explicó que “lo primero fue colocar un distintivo en la ventana de la habitación de Fani. Las ventanas de sus respectivas habitaciones están una frenta a otra, en edificios separados por un jardín”. “La historia con corazón” le debe el nombre al distintivo que escogieron: un corazón pintado de color rojo. Lo colocaron en la ventana de su hija, le pusieron a Luis un mensaje en la pared para que entendiera que si se asomaba a la ventana, vería un corazón y allí es donde estaba su hija.
“Además, le pusimos otro mensaje que decía que si quería ver a su hija, se lo dijera a un auxiliar del centro, que se comunicaría con los cuidadores de Fani para que se asomara a la ventana de la habitación. Fue maravilloso porque puede verla cuando quiere y la necesita” añadió la psicóloga. Esta idea ha generado un beneficioso proceso para los dos, que hacen “excursiones y salidas” para verse. “Cada vez que se ven se sienten muy felices porque se ayudan uno al otro”, señaló Vanesa.
Esta “historia con corazón” está dando la vuelta al mundo con miles de mensajes de apoyo al padre, a su hija y a los profesionales de Casaverde Villa de Catral que la han hecho posible. En el centro se practica el Modelo de Atención Centrado en la Persona, donde se promueve la humanización en los cuidados y la continuidad del proyecto de vida en el ámbito de la diversidad funcional, con la búsqueda de la calidad de vida y resultados en salud que promueva la Organización Mundial de la Salud (OMS).