Redacción
“Es posible que todavía estemos en una ola de más intensificación de contagios de sarna, por lo que los dermatólogos debemos mejorar las estrategias de diagnóstico y control, tanto a nivel individual con el paciente, cómo a nivel comunitario”, ha reconocido la Dra. Cristina Galván, vicepresidenta de IACS (International Association for the Control of Scabies) y miembro de la Fundación Lucha Contra las Infecciones. “De hecho, en los años previos a la pandemia, ya se habían comunicado datos de aumento de número de casos de escabiosis”, ha apuntado la experta en su ponencia en el simposio Retos epidemiológicos en la dermatología actual: enfermedades con incidencia creciente y estrategias de prevención, dentro del 50º Congreso Anual de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
La sarna o escabiosis es sólo una de las enfermedades infecciosas que afectan a la piel, reemergentes en los últimos años, que plantean nuevos desafíos para los dermatólogos. Junto a ella, la tiña, tras el brote detectado en peluquerías a principios de este año. La viruela del mono, que por primera vez detectaron en España los dermatólogos en 2022 y las infecciones fúngicas oportunistas e invasivas se encuentran también en este grupo de patologías.
En los últimos años, se ha detectado un aumento de la incidencia de sarna en España que se ha agudizado tras el confinamiento
“Los países de nuestro entorno están viviendo una situación muy parecida a la nuestra”, ha asegurado la Dra. Galván. En este sentido, se ha detectado un aumento de la incidencia de sarna en España en los últimos años, ya antes de la pandemia, pero agudizada tras el confinamiento. Pese a que no hay datos oficiales de la enfermedad, una investigación del Instituto de Salud Carlos III de Madrid refleja que la incidencia acumulada media anual fue de 488 casos de sarna atendidos en atención primaria por cada millón de habitantes, siendo los menores de 15 años el grupo de edad más afectado.
“La sarna puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad, situación de salud y condición socio económica”, ha explicado la experta frente a la creencia de que “es una enfermedad de tiempos pretéritos, vergonzante y relacionada con la suciedad y la pobreza”. El ácaro de la sarna humana es un parásito que infecta la capa más superficial de la piel y se transmite por contacto cercano de piel con piel. Por eso, la Dra. Galván ha destacado que “es la convivencia cercana, cómo en el caso de las comunidades, o el hacinamiento relacionado con la falta de acceso a una vivienda digna, lo que hace que se disemine, y no la falta de higiene”.
Según el Dr. Galván, cuanto más precoz sea el diagnóstico, más favorable y menores riesgos de secuelas tendrá el paciente
Reconocer los casos y los brotes con la mayor diligencia posible y conseguir el tratamiento de todos los contactos cercanos a los afectados es clave por parte de los dermatólogos. Además, de “colaborar en la formación y trabajar en equipo los organismos de salud pública y con compañeros de asistencia primaria, de pediatría, de enfermería, de los servicios de urgencias y de otras especialidades cómo geriatría y alergología”, ha asegurado la doctora. Por otro lado, ha trasladado la esperanza de los dermatólogos para que se “desarrollen nuevos fármacos contra la sarna con mayor actividad escabicida, buen perfil de seguridad y de uso más sencillo”, lo que favorecerá el tratamiento de controles o en núcleos grandes de población.
Además de la Sarna, los dermatólogos han sido clave también en la alerta del brote de tiña detectado en peluquerías de todo el país a principios de 2023. Desde 2021 se ha detectado un aumento de casos de tiña del cuero cabelludo en adolescentes que se cortan el pelo mediante degradado o rasurado, pero el artículo “Brote de dermatofitosis en región de cabeza y cuello asociadas al rasurado en peluquerías: Estudio descriptivo multicéntrico de una serie de casos” mostró los hallazgos clínicos y epidemiológicos en un estudio retrospectivo de 107 casos recogidos por un grupo numeroso de dermatólogos españoles.
“La mayoría de mis compañeros han observado un mantenimiento en los casos de tiña”, ha explicado sobre la situación actual el Dr. Leonardo Bascón, dermatólogo del Servicio de Dermatología del Hospital General de Granollers y autor principal de ese estudio sobre tinea capitis o tiña de la cabeza. Así, ha asegurado que “el perfil del afectado suelen ser varón con una edad media de alrededor de los 19 años”.
Para los especialistas, lo más preocupante de esta emergencia de infecciones fúngicas es el aumento y gravedad de las micosis invasivas en pacientes inmunodeprimidos
La identificación de pacientes afectados es fundamental para limitar el contagio. Es por ello que el Dr. José Ignacio Galván, dermatólogo en práctica privada y uno de los coautores del estudio, aseguró que “después de un correcto diagnóstico, existe un tratamiento específico que permite la curación”. “Cuanto más precoz sea el diagnóstico, más favorable y menores riesgos de secuelas tendrá el paciente”, añadió.
La tiña no es la única infección fúngica emergente en la que se ha detectado un aumento. El Dr. Vicente García-Patos, del Servicio de Dermatología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, señala otros ejemplos, como “la aparición de nuevos agentes etiológicos, como Arthroderma benhamiae, transmitida por cobayas”. A nivel mundial, señala, también se observa un aumento de las micosis endémicas, como la blastomicosis o la coccidiodomicosis, “probablemente relacionadas con el cambio climático”.
A juicio de este especialista, lo más preocupante de esta emergencia de infecciones fúngicas es “el aumento y gravedad de las micosis invasivas en pacientes inmunodeprimidos”. Se trata de enfermedades como las candidiasis, aspergilosis, fusariosis y mucormicosis que, tal y como explica el Dr. García Patos “ocasionan una elevada mortalidad”. Además de las formas clásicas, están emergiendo nuevos patógenos. Un ejemplo son las feohifomicosis, entre las que destacan las ocasionadas por Alternaria y Exophiala, cada vez más comunes en receptores de trasplantes de órganos.