La tasa de diagnóstico tardío de VIH “sigue siendo preocupantemente alta”, a pesar del descenso de la incidencia

En 2022, se diagnosticaron 2.956 nuevos casos de VIH en España, cifra alejada de los 4.300 de 2017

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J.P.R.
En 2017 se produjo un punto de inflexión en la incidencia del VIH. Después de años de estancamiento, ese ejercicio comenzó a decender el número de casos registrados a un ritmo del 9% anual. La otra cara de la moneda es el diagnóstico de la enfermedad, cifras que no terminan de mejorar. “Lamentablemente en España, la ratio de diagnóstico tardío sigue siendo preocupantemente alta, según datos epidemiológicos recientes”, ha señalado el especialista en Medicina Interna en la consulta de VIH/SIDA y hepatitis Virales del Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid) y presidente electo de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), el Dr. Pablo Ryan, durante la XI Jornada de Salud Pública: Una Respuesta Integrada al VIH, organizada en el Ministerio de Sanidad por la compañía farmacéutica Gilead con la colaboración de esta sociedad.

El diagnóstico tardío en VIH representa el 48,6% de los casos, lo que tiene un impacto considerable en la calidad de vida. Desde Sanidad insisten en la necesidad de integrar a todos los agentes para lograr una respuesta multidisciplinar a la epidemia de VIH. “Es crucial fomentar la colaboración interdisciplinaria y la participación activa de todas personas profesionales de la salud, incluyendo enfermería, farmacia, trabajadores sociales, y representantes de las organizaciones no gubernamentales especializadas en VIH/SIDA y la industria farmacéutica”, subrayó Julia del Amo, directora de la División para el control del VIH, ITS, hepatitis virales y tuberculosis en la Dirección General de Salud Pública del Ministerio.

El diagnóstico tardío se produce en el 48,6% de los casos de VIH registrados en España

Durante 2022, se diagnosticaron 2.956 nuevos casos de VIH en España, cifra alejada de los 4.300 registrados en 2017. El dato positivo a priori deja alguna lectura negativa. A medida que aumenta la edad se va ralentizando este descenso hasta llegar al grupo de los mayores de 50 años donde la evolución se estanca. El 85,7% de los diagnósticos corresponden a hombres, con una mediana de edad de 36 años. La transmisión entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH) representa el 55% de los casos, seguida por la transmisión heterosexual (24,5%) y entre personas que se inyectan drogas con un 1,9%. Además, el 46,5% de los nuevos diagnósticos se produjo en personas originarias de otros países.

“En VIH el descenso es importante, aunque hay diferencias, el descenso es similar entre hombres y mujeres. En hombres que tienen sexo con hombres el descenso es un 12% anual desde 2018, similar al grupo de heterosexuales y, en los usuarios de drogas inyectadas, se ve un descenso del 12% desde el año 2013”, explicó la Dra. Victoria Hernando, miembro de la Unidad de Vigilancia de VIH y comportamientos de riesgo del Centro Nacional de Epidemiología.

El 85,7% de los diagnósticos corresponden a hombres, con una mediana de edad de 36 años

De forma paralela se ha producido un incremento de la esperanza de vida de estos pacientes. La media alcanza los 73 años, pero en aquellos diagnosticados de forma precoz “la esperanza de se acerca más a la de la población general”, especificó la Dra. Inmaculada Jarrín, responsable de la Unidad de Coordinación de la Cohorte de la Red de Investigación en SIDA (Coris).

Existen factores que han permitido reducir la incidencia de la enfermedad como la profilaxis pre-exposición (PREP). En el aumento de la esperanza de vida ha impactado la monitorización regular y la promoción de la adherencia al tratamiento son pilares fundamentales para el éxito a largo plazo en la gestión del VIH, según subrayó Julia del Amo.

“En los 14 años en que se llevan desarrollando estas Jornadas de Salud Pública hemos conseguido muchísimos avances en el campo del VIH. Ahora, nuestra aspiración es acabar con esta epidemia, para todos y en todas partes, usando las herramientas de las que disponemos y aportando soluciones innovadoras que mejoren la atención y la calidad de vida de las personas que viven con esta enfermedad. Es un objetivo ambicioso, pero sabemos que es posible y queremos contribuir a que se haga realidad”, declaró María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead España.

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