..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad
Un ciudadano entra en una consulta. El médico le recibe sentado a la mesa, mientras busca en el ordenador los resultados de sus análisis. Respira hondo. Acto seguido le comunica que ha contraído el VIH. El paciente trata de asimilar la noticia que se ha quedado atascada como un nudo en su garganta. Esta escena se repite hoy en los centros de salud y hospitales españoles alrededor de 10 veces al día, a pesar de las herramientas de prevención que existen al alcance de la sociedad. En lo que va de año se han diagnosticado 3.381 casos. La tendencia es decreciente. En los últimos cuatro años, siempre se habían superado los 4.000 diagnósticos.
La noticia es positiva pero pone de manifiesto que aún queda mucho trabajo por hacer, especialmente en el campo del infradiagnóstico. Entre 130.000 y 170.000 sufren esta enfermedad en España y aproximadamente un 18% no sabe que convive con el virus. Casi la mitad de los diagnósticos se realizan de manera tardía.
En lo que va de año se han diagnosticado 3.381 casos. La tendencia es decreciente. En los últimos cuatro años, siempre se habían superado los 4.000 diagnósticos
Las cifras muestran la necesidad de poner el foco en el diagnóstico precoz. La infección por VIH no es diferente en este sentido a otras patologías como la epoc o la diabetes. Cuanto antes se haga el diagnóstico, mejor será el pronóstico. La detección a tiempo de la enfermedad supone evitar multitud de sufrimientos a pacientes y a familiares, así como cuantiosos ahorros económicos para el sistema sanitario en forma de comorbilidades, ingresos hospitalarios, nuevas consultas… Los ahorros por bajas laborales e incapacidades también serían significativos para la economía española.
No podemos cejar en la campañas de concienciación. El 1 de diciembre se intensifican los mensajes con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, pero la educación y la formación de la sociedad deben prolongarse durante todo el año. A falta de una cura definitiva o de una vacuna, la evolución de los medicamentos ha permitido que en pacientes diagnosticados de forma precoz la carga viral sea indetectable, minimizando el riesgo de los familiares que convivan con el paciente.
Es hora de que las administraciones públicas empiecen a creerse sus propias campañas de concienciación
La concienciación no debe ir solo en la dirección de la ciudadanía, resulta imprescindible orientarlos al profesional sanitario y especialmente al médico de atención primaria. La detección precoz pasa necesariamente por el facultativo de familia que deberá someter a las pruebas a todos aquellas personas que pasen por su consulta y que hayan podido exponerse a prácticas de riesgo. Es cierto que para llevar a cabo esta labor necesitan del respaldo de las administraciones.
Hemos visto estos días como los médicos de primaria de Cataluña y Andalucía se han levantado ante la escasez de recursos. Si un profesional cuenta con tan solo cinco minutos para ver a un paciente, difícilmente va a poder llevar a cabo su función de manera totalmente eficaz. Después de ver 40 pacientes en una mañana, es comprensible que puedan tomarse decisiones erróneas y de ahí las huelgas. Los médicos quieren hacer su trabajo en las mejores condiciones porque son conscientes de la importancia de su labor. Para la detección precoz de esta enfermedad como de otras tantas es muy importante el concurso de primaria. Es hora de que las administraciones públicas empiecen a creerse sus propias campañas de concienciación.
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