..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
Ponemos quizás el foco demasiado tiempo en las elecciones generales cuando son las comunidades autónomas las que más influyen en el día a día del profesional. Valga como ejemplo el real decreto de universalidad de la asistencia sanitaria. Ha sido el único real decreto sanitario que ha aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez durante la pasada legislatura. En realidad, las comunidades autónomas ya habían resuelto el principal problema: la atención a los inmigrantes en situación irregular. La prueba más evidente es que la normativa salió adelante sin necesidad de una memoria económica. Porque no hacía falta. Las comunidades ya lo tenían presupuestado. Las elecciones autonómicas del 26 de mayo pueden traer consigo cambios, nuevas políticas y medidas sanitarias en 12 de las 17 comunidades autónomas.
La cercanía con las generales nos ha hecho prestar mayor atención a las primeras. No podemos olvidar que aproximadamente el 40% de los presupuestos de las comunidades autónomas se destinan solo a sanidad. De las regiones depende la gestión de los grandes hospitales y de los centros de salud, las competencias de recursos humanos, la convocatoria de nuevas OPE, los turnos, las guardias, la compra de medicamentos, la incorporación de la innovación terapéutica y tecnológica en gran parte… El Ministerio de Sanidad, por su parte, debe encargarse de coordinar estas políticas.
Las elecciones autonómicas del 26 de mayo pueden traer cambios y nuevas medidas sanitarias en 12 de las 17 comunidades
Lo cierto es que el Ministerio ha huido de esta responsabilidad durante los últimos años, tanto con el PP como con el PSOE. Un ejemplo evidente es la implantación de un plan para el localización de los pacientes ocultos de hepatitis C. Hartas de esperar una serie de comunidades autónomas han puesto en marcha estrategias de eliminación del virus.
Pero el caso más evidente es la adquisición de medicamentos y de tecnología. El sistema de financiación puede incorporar un medicamento pero la comunidad autónoma la que tiene la última palabra.
Esta realidad ha generado un problema de equidad entre las principales comunidades autónomas. Sociedades científicas y asociaciones de pacientes han denunciado en diferentes áreas desigualdades en el acceso a fármacos innovadores y a pruebas diagnósticas. En algunos casos se han establecido visados para limitar la prescripción de determinados medicamentos. Estos visados tienen un grado de dificultad diferente en función de la región. Vemos también regiones en las que el grado de implantación del cribado de cáncer de colon es más lento que en otras. Y así un sinfín de diferencias que hacen que el código postal sea un determinante casi tan importante o más que la evidencia científica. La sanidad es hoy la quinta preocupación de los españoles según el CIS, pero no estoy seguro de que influya de manera determinante en nuestra forma de votar. Pacientes, profesionales y ciudadanos deberíamos tenerla en cuenta a la hora de votar.
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