Nuria de Argila: “Las enfermeras supervisoras de formación continuada somos imprescindibles para garantizar la seguridad del paciente”

Supervisora de Formación y Hospital de Día Geriátrico del Hospital Central de La Cruz Roja de Madrid

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..Cristina Cebrián.
En el marco de la campaña Nursing Now y en colaboración con EnferConsultty, la enfermera Nuria de Argila, supervisora de Formación y Hospital de Día Geriátrico del Hospital Central de La Cruz Roja de Madrid y secretaria de la Sociedad Española de Heridas, comenta con iSanidad la importancia de mantener una formación continuada en Enfermería.

De hecho, el Código Deontológico de la Enfermería Española señala que será responsabilidad de la enfermera actualizar constantemente sus conocimientos personales. El fin es evitar actuaciones que puedan ocasionar la pérdida de salud o de vida de las personas que atiende (Art. 60).

Por tanto, la formación continuada en Enfermería es clave para mantener y mejorar la calidad asistencial. Así como para garantizar la seguridad del paciente, tal y como explica la enfermera de Argila.

¿Que trabajo realiza como enfermera en un departamento de formación continuada?
Los objetivos de formación continuada en Enfermería en un hospital deben estar orientados a actualizar y optimizar los conocimientos específicos de los profesionales para el adecuado desarrollo de las funciones. Así como aquellos conocimientos de carácter general o estratégico que se ha definido desde el punto de vista institucional.

Las supervisoras de formación continuada alertamos de los continuos avances o cambios científicos y tecnológicos

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Las supervisoras de formación continuada somos facilitadoras de que se produzca ese cambio favorable por mantener actualizadas las competencias de los profesionales. Además de ser parte imprescindible en garantizar la seguridad de los pacientes y mejorar la calidad en los procesos asistenciales. Alertamos de los continuos avances o cambios científicos y tecnológicos. La intención es fortalecer el interés y motivación en incorporar otros campos afines al cuidado y de manera multidisciplinar.

Somos las integradoras de los aprendizajes de las experiencias que incorporan las últimas evidencias de los estudios. Para cambiar desde el “siempre se ha hecho así” por el “aprender a aprender”, desde una ética profesional que ayude a orientar las mejores decisiones.

Una de las responsabilidades como supervisora de Formación Continuada del hospital es la gestión y tramitación de las actividades formativas en base a los criterios establecidos por la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias; sobre los cursos, seminarios, sesiones, etc. para los profesionales como las enfermeras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas. También incluyendo a los trabajadores sociales y para los técnicos auxiliares de enfermería, farmacia, anatomía-patológica y radiodiagnóstico.

Es imprescindible lograr conexión entre el diseño de la acción formativa y las concretas necesidades de cualificación profesional

Es imprescindible lograr conexión entre el diseño de la acción formativa y las concretas necesidades de cualificación profesional. Durante todo el año recojo las demandas de estos profesionales. Aunque es en el mes de noviembre, a través de una encuesta, donde agrupo estas necesidades formativas. Esta comunicación logra que todo sea más participativo. Una vez recogidos los datos, junto con la dirección de enfermería, se planifica la estrategia anual de los cursos y sesiones generales.

También, selecciono al ponente experto en la materia y diseñamos conjuntamente desde los objetivos, contenidos y evaluación del curso, seminario o taller; hasta la fecha de impartición para que asistan el máximo de profesionales ad hoc.

Además, desde este año tengo el propósito de evaluar ciertos cursos realizados por las enfermeras a los 3 meses, 6 meses y al año de haberse impartido. Si evaluamos sabremos el impacto que está teniendo en la práctica. Últimamente, tras finalizar un curso, se crean sinergias y grupos de trabajo para actualización de los procedimientos vigentes. Es lo que ocurrió con el curso de Equipos de Terapia Intravenosa.

La formación continuada en Enfermería debe provocar un cambio en las actitudes y adquisición de valores

La formación continuada no puede pretender sólo un aumento de los conocimientos. También debe provocar un cambio en las actitudes y adquisición de valores. Todo ello para que mejoren la práctica profesional siendo el mejor resultado, la motivación personal-profesional y no solo la incentivación por los créditos.

formación-continuada-en-enfermeríaPor otra parte, colaboro en la organización y acreditación de jornadas de profesionales de enfermería para dar visibilidad a proyectos, procesos y procedimientos que se realizan con liderazgo y buenos resultados. Ayudo y animo a que lo presenten en foros científicos. De hecho, este año tenemos la primera Jornada de Auxiliares de Enfermería con talleres por la tarde. También contaremos con la Jornada de Enfermería Quirúrgica.

Además, estoy localizada para responder lo más rápido posible los Up to Date que surjan durante la práctica diaria. La idea es que se desarrollen los cuidados basados en las últimas evidencias científicas.

Otro de mis cometidos es la docencia. Para ello, facilito, organizo y coordino la implantación y desarrollo de las distintas prácticas de los alumnos de las universidades con las que hay suscritos acuerdos. Así como de las diferentes escuelas que imparten ciclos formativos de grado medio y grado superior. También tramito otras solicitudes de rotación de enfermeros-tutores de los EIR de familia y comunitaria desde Atención Primaria. El objetivo es la actualización de conocimientos en las unidades de Geriatría y otras visitas de interés.

Estrenamos Subcomisión de Enfermería como garantía indiscutible para la formación integral de los nuevos EIR

En definitiva, una supervisora de formación es una “ejecutiva” con idea de una formación dependiente de los procesos de trabajo de las organizaciones. Cuenta con ciertas habilidades en la docencia, gestión e investigación. 

Acaban de conceder dos plazas de EIR de Geriatría en el hospital. ¿Cómo y por qué se ha llevado a cabo?
Desde que en 1978 se reconoce oficialmente la especialidad de Geriatría, el Hospital Central de la Cruz Roja se convierte en el primer centro de formación de médicos residentes en esta especialidad cuya acreditación docente se ha mantenido de forma ininterrumpida; pasando de tres residentes al año a cuatro en 1987 y a cinco desde el año 1989. Es un servicio con enorme prestigio nacional e internacional.

El hospital dispone de un total de 77 camas de hospitalización en el servicio de geriatría; además hay un Hospital de Día Geriátrico con 20 pacientes diarios con necesidades funcionales y/o cognitivas. También existe Asistencia Geriátrica Domiciliaria con dos enfermeros. Y, por último, el programa de Coordinación de Geriatría a Residencias que colabora en la atención del paciente institucionalizado con 6 de las residencias de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) a través del programa de telesalud; Por todo ello, en el hospital hay enfermeras muy especializadas en los cuidados al paciente mayor.

Desde la dirección de enfermería, se propone a la gerencia y al jefe de servicio de geriatría realizar la solicitud del EIR de Geriatría. Con la consiguiente reacreditación de la unidad docente en julio del 2017, con un itinerario formativo muy competitivo. Estrenamos Subcomisión de Enfermería de la que soy presidenta, en una Unidad Docente con larga experiencia como garantía indiscutible para la formación integral de los nuevos EIR.

Un problema muy importante y poco reconocido será encontrar enfermeras para cuidar a esta sociedad envejecida

formación-continuada-en-enfermeríaTeniendo en cuenta los grandes cambios demográficos derivados del envejecimiento progresivo de la población, la especialidad de enfermería geriátrica tendrá los profesionales más requeridos por la sociedad para cubrir las necesidades de este grupo de población. Las personas mayores son las más vulnerables a la enfermedad. La mayoría cumplen criterios de fragilidad y muchas veces están en situación de dependencia.

Desde hace años, la definición de fragilidad ha permitido identificar e incluir dentro de programas de prevención a personas mayores que están en situación de mayor riesgo. Estos criterios deben ser conocidos por todas las enfermeras para un abordaje preventivo en todas las áreas de cuidados.

Hay estudios donde reflejan que la hospitalización de ancianos en un hospital sin unidad geriátrica supone peores resultados frente a los hospitales que cuentan con unidad de hospitalización geriátrica. Son datos muy relevantes para que se vean aumentadas las unidades geriátricas en todos los hospitales. Y con enfermeras especialistas en geriatría competentes para liderar y gestionar estas unidades.

Un problema muy importante y poco reconocido será encontrar enfermeras para cuidar a esta sociedad envejecida. Esto está provocado por la actual bajísima tasa de natalidad. Esperemos que, tras el lanzamiento de la campaña Nursing Now de la OMS y el Consejo Internacional de Enfermeras, los gobiernos valoren nuestra profesión. También esperamos que aboguen por este liderazgo y se generen más puestos por la complejidad de los cuidados que requiere este tipo de pacientes. Las enfermeras somos el eje de los sistemas sanitarios actuales. Desempeñamos un papel crucial tanto en la promoción de la salud como en la prevención, el tratamiento y los cuidados.

De las 19 plazas que había, desde el año que viene hay un aumento de hasta 46 plazas

De las 19 plazas que hasta este año había para todo el territorio nacional, desde el año que viene hay un aumento de hasta 46 plazas, aunque todavía parecen escasas. Ha sido un esfuerzo enorme para todos. También una gran apuesta para el hospital, que por fin ve completada la formación con la enfermera geriátrica. 

Los pacientes son cada vez más crónicos y más complejos, ¿qué trabajo está haciendo como enfermera desde la comisión de heridas?
La comisión de heridas del hospital está dando un gran impulso desde julio 2017 para desarrollar estrategias dirigidas a alcanzar las buenas prácticas en cuanto a la prevención y tratamiento de las lesiones cutáneas en los pacientes ingresados y tras el alta.

enfermera-heridasEn los últimos años, diferentes autores y organizaciones han introducido un nuevo concepto de “paciente crónico en situación de complejidad”. Entre las características diferenciales más prevalentes de este grupo estaría la presencia de varias enfermedades crónicas de manera concurrente. Así como la gran utilización de servicios de hospitalización urgente con diferentes episodios de ingreso durante un mismo año; como por estar afectados por lesiones cutáneas y por la presencia de determinadas enfermedades como insuficiencia cardiaca o EPOC; la disminución de la autonomía personal temporal o permanente y/o la situación de polimedicación.

Si además se añaden factores como la edad avanzada, vivir solo o con poco apoyo familiar y episodios de caídas; es evidente que, si las necesidades cambian, parece forzoso que haya una adaptación también en los cuidados.

La Comisión de Heridas presta apoyo técnico y asesoramiento para proponer planes de mejora y alternativas en materia de calidad

La construcción de nuevos escenarios de gestión facilitadores para la prevención y tratamiento de las lesiones cutáneas ha dado su fruto. Por un lado, por integrar desde la dirección de enfermería a la supervisoras del Área de Hospitalización/Continuidad de Cuidados; y también a la de Formación con los responsables de Investigación en Cuidados y de Recursos Materiales. Y, por otro lado, al incorporar enfermeras y auxiliares de enfermería representantes de las unidades. De forma que se generan líneas estratégicas bien definidas y eficaces para los pacientes y familias. Algo que es extensivo para todos los profesionales del hospital.

También se están beneficiando los profesionales de las residencias geriátricas desde el proyecto de telesalud. Gracias a este, colaboran y apoyan aquellos cuidados más complejos en el paciente mayor institucionalizado ante el riesgo de caídas. Al tiempo que asesoran en la prevención y el cuidado de las heridas, en la disfagia, nutrición, movilidad, continencia, etc.

Por otro lado, la Comisión de Heridas del hospital evalúa y presta apoyo técnico y asesoramiento para proponer planes de mejora y nuevas alternativas en materia de calidad.

enfermería-heridasEn el hospital hemos publicado, en el boletín de farmacia, las “Recomendaciones para la prevención y tratamiento en las ulceras por presión y lesiones cutáneas asociadas a la humedad”. Cuenta con los materiales disponibles del hospital con sus códigos Nexus; debutamos impartiendo una sesión general sobre “Evidencias en Heridas”; realizamos un estudio intrahospitalario para conocer el registro completo de la valoración con la escala de Norton en la historia digital. También hemos realizado recambio de colchones estáticos de alta prestación en varias unidades; hasta la fecha tres cursos sobre actualización en heridas impartidos por integrantes de la comisión.

Existe una gran debilidad por la dificultad en encontrar consenso en los cuidados entre los diferentes niveles asistenciales

Por tanto, se trata de un trabajo consensuado aunando expertos de los diferentes departamentos directivos y con las colaboraciones de los profesionales de la práctica diaria. Todo esto se traduce en una mayor implicación y mejores resultados para todos. 

¿Se trabaja de la misma manera en atención primaria y en atención domiciliaria, con respecto a la comisión de heridas? ¿Qué diferencias existen?
Es fundamental afirmar que las enfermeras llevamos inherente el cuidado al paciente con úlceras y/o heridas. Desde cualquier ámbito, atención primaria, atención hospitalaria y atención socio-sanitaria.

Las enfermeras que ejercen desde atención primaria suelen tener grupos de trabajo o referentes/asesores dentro de sus equipos. Además, disponen de un campo muy generoso en la historia digital para su registro y seguimiento de las lesiones cutáneas (en Madrid está AP-Madrid). Tanto esta enfermera como la de atención domiciliaria hospitalaria realizan un seguimiento personalizado. Esto es muy recomendable para unos buenos resultados, pero no imprescindible.

La enfermera de atención domiciliaria hospitalaria suele dar unos cuidados con más complejidad y siempre de soporte; el contacto directo con la enfermera de familia que tiene a ese paciente en su cupo es primordial. De hecho, normalmente son pacientes con grandes síndromes geriátricos. Con síndromes confusionales (delirium) en el anciano, manejo de gastrostomías, nutriciones enterales, etc. Además, padecen una lesión cutánea; son pacientes preferentes y estratificados para su seguimiento tras el alta por enfermeras del hospital en sus domicilios.

Actualmente, existe una gran debilidad por la dificultad en encontrar consenso en los cuidados entre los diferentes niveles asistenciales. Esto se debe a la variabilidad de los productos sanitarios. Ya está más que demostrado que la atención en un paciente con herida debe ser prestada con una base empírica. Y los equipos multidisciplinares son el resultado de una de las prácticas basadas en la evidencia para llevar a cabo decisiones certeras en la atención de estos pacientes.

El conocimiento sobre las innovaciones terapéuticas es una responsabilidad y un deber del profesional

Lo que si es imperioso es ser conscientes en evitar la temida ruta por el sistema sanitario que sufren este tipo de pacientes complejos con úlceras/heridas. Algo provocado por fallos en la continuidad asistencial que llegan a resultar en reingresos en los hospitales.

Vivimos una época con un aumento de prevalencia e incidencia de las heridas, por lo comentado anteriormente. También en parte por el incremento de la edad media de la población; y en parte, por la prevalencia de los factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, arteriopatía de los miembros inferiores y la diabetes.

Las comisiones de heridas son un apoyo. Pero la necesidad en el conocimiento sobre las innovaciones terapéuticas, la cultura en seguridad y el consenso sobre las directrices en las buenas prácticas con las Guías de Práctica Clínica es una responsabilidad y un deber del profesional. Mientras que para los pacientes y/o cuidadores/familias su deber es elegir y estar dispuestos a respetar dichos protocolos o intervenciones.

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