El hombre más obeso del mundo con 435 kilos, a la espera de una operación que salve su vida

435 kilogramos, y es que eso es lo que pesa el hombre más obeso del mundo, el mexicano Andrés Moreno, que está a la espera de una operación que le salve la vida.

Moreno que, actualmente tiene 37 años, desde que cumplió 20 su cuerpo no ha parado de ganar peso aunque haya probado todo tipo de dietas “milagro” y tratamientos, todos en balde.

Las personas no se hacen cargo de lo que significa esta enfermedad, llegué a un punto en el que las numerosas dietas ya no surgían efecto, mi cuerpo se negaba a bajar y los endocrinos me dejaban por un caso imposible. Lo que yo no sabía es que estaba experimentando una consecuencia propia de mi cuerpo al protegerse de las dietas hipocalóricas almacenando cualquier alimento que ingería en forma de grasa corporal y ralentizando mi metabolismo”, narra Moreno.

Miembro del Cuerpo de Policía de Obregón, en el Estado mexicano de Sonora, Moreno tuvo que abandonar su puesto de trabajo como consecuencia de su obesidad, la cual también fue la culpable de la ruptura con su pareja. “No sabía lo que me pasaba, sólo sabía que mi vida se derrumbaba y no tenía ganas ni de levantarme por las mañanas. Perdí a mi pareja, mi trabajo y mi ilusión por la vida, llegué a pensar en el suicidio como una posibilidad de terminar con tanto sufrimiento e incomprensión de la sociedad hacia mi problema”, explica.

Cruce duodenal con derivación biliopancreática, primera vez en hacerse a un obeso tan grande

Hace un año, Moreno sufrió un amago de infarto que le causó la aparición de diabetes tipo II e hipertensión arterial. Sería en ese momento cuando decidió contactar con el doctor José Antonio Castañeda, quién le mandó la dieta mediterránea, consiguiendo adelgazar 100 kilos.

Actualmente, Moreno se encuentra a la espera de recibir los resultados de las últimas pruebas para someterse de urgencia a una intervención que, realizada por Castañeda, consistiría en un cruce duodenal con derivación biliopancreática.

Esta técnica, de realizarse, sería la primera vez que se le aplicaría a un obeso de tal tamaño. Se haría en dos tiempos para minimizar el riesgo, y es que en un intervalo de seis meses, Andrés pasaría dos veces por el quirófano. De tal modo que la pérdida de peso se empezaría a experimentar al cabo de un mes tras la primera parte y seguiría de forma gradual bajando el peso y por ende el riesgo para la segunda parte.

Quiero que el mundo conozca mi caso, mi sufrimiento y por lo que estoy pasando, hay muchas personas como yo encerradas en su casa, muriendo poco a poco y un buen día los encuentran postrados en sus camas por no haber pedido ayuda. He aprendido que la obesidad puede ser una grave enfermedad de la que el cuerpo no puede salir por sí sólo y que a la vez a causa del desconocimiento que existe por parte de la sociedad hacia ésta, genera todo tipo de tópicos y desprecios hacia quienes la padecen, lo que agrava de por sí una situación ya bastante lamentable en sí misma”, concluye Andrés.
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