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Nadie duda de las importantes funciones que desempeñan las uñas de los pies, que protegen los vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas de los dedos y ayudan a caminar. Pero esas pequeñas 10 partes del cuerpo que habitualmente se ven poco y que asoman en verano, cuando la mayor parte de los mortales empieza a preocuparse un poco por el aspecto y el color que presentan, pueden ser mucho más. Sí, esas células formadas con queratina y calcio y que en algunos casos pueden resultar poco estéticas y en otros son objeto de todo tipo de decoración a base de esmaltes, también pueden tener un papel como biomarcadores sobre la exposición humana a metales, tanto esenciales como tóxicos.
Esas pequeñas 10 partes del cuerpo que habitualmente se ven poco y que asoman en verano pueden ser mucho más
En un momento en el que las revistas científicas no dan a basto a revisar artículos con casi un único protagonista, el Covid-19, un grupo de investigadores españoles ha sabido mirar con otros ojos esta parte habitualmente arrinconada del cuerpo humano. ¿Uñas de los pies como biomarcadores de exposición a metales? Sí, estábamos habituados a buscarlos en muestras biológicas de sangre o de orina. Pero también pueden encontrarse en otras menos convencionales, como la placenta, el pelo o las propias uñas.
Un equipo liderado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del ISCIII ha publicado una revisión científica, en forma de tres artículos aparecidos en la revista Environmental Research, que analizan este nuevo aspecto de conocimiento de la salud humano que ofrecen nuestras pequeñas láminas podales.
Estábamos habituados a buscarlos en muestras biológicas de sangre o de orina. Pero también pueden encontrarse en otras menos convencionales, como las uñas de los pies
El ISCIII explica que la relación entre los metales y los seres vivos es muy compleja y aún no se comprende por completo. Por eso es importante investigar para determinar sus posibles efectos sobre el desarrollo y la salud. Hay metales necesarios para la vida de las personas y otros que son tóxicos e incluso puede ser cancerígenos. Pero es difícil estudiar sus efectos porque las personas suelen desconocer si han estado o no expuestas a ellos.
Una de las estrategias para sortear este problema es basarse en biomarcadores. Se miden los niveles de estos metales en muestras biológicas. En este caso, en las uñas de los pies. Una muestra que los investigadores consideran “especialmente interesante” por sus ventajas logísticas y por no requerir técnicas invasivas para obtenerlas. Son fáciles de recoger y de almacenar. Además, señalan que su lenta velocidad de crecimiento hace que sean buenas candidatas para reflejar exposiciones a más largo plazo, si se compara con la sangre u orina. De ahí su utilidad en la investigación de enfermedades crónicas.
Los estudios revisados muestran que las uñas de los pies pueden ser un biomarcador fiable de exposición a largo plazo al arsénico
Los investigadores han recopilado información de casi 300 estudios epidemiológicos. Estos estudios han medido en los últimos años metales o semimetales en las uñas de los pies. También han analizado la evidencia que hay sobre su validez como medida de exposición para 21 elementos diferentes. Los resultados de la revisión muestran que la respuesta a estas cuestiones depende del metal o semimetal estudiado.
Por ejemplo, en el caso del arsénico, los datos sugieren que una única muestra puede reflejar exposiciones a largo plazo. Además, puede servir como medida fiable de la exposición tóxica a este metal inorgánico en la investigación de enfermedades crónicas, con especial potencial para el estudio del cáncer y las enfermedades cardiovasculares. En otros metales, como el selenio, el manganeso, el zinc o el mercurio, los estudios disponibles también sugieren que las concentraciones de metales de las uñas de los pies pueden reflejar exposiciones externas a largo plazo y niveles reproducibles. Sin embargo, para muchos de los otros elementos la información no permite llegar a una conclusión clara ni responder a estas cuestiones básicas.
Los estudios disponibles sugieren también que pueden reflejar exposiciones a otros metales, como el selenio, el manganeso, el zinc o el mercurio
Los estudios realizados hasta el momento son muchas veces pequeños y con una metodología muy variable. Por ello, una de las conclusiones generales de la revisión es que aún es necesario establecer procedimientos analíticos claros y estandarizados. También es necesario impulsar estudios suficientemente grandes y prolongados en el tiempo. Esa sería la forma de poder sacar conclusiones sólidas sobre la idoneidad del uso de las uñas de los pies como biomarcadores de exposición a estas sustancias para el estudio de las exposiciones ambientales y de su relación con las enfermedades.
La revisión está liderada por Enrique Gutiérrez, primer autor de los tres trabajos durante su etapa como MIR de Medicina Preventiva y Salud Pública en el ISCIII, y Beatriz Pérez-Gómez, investigadora del Departamento de Epidemiología de las Enfermedades Crónicas del CNE y del CIBERESP. Pero también han colaborado universidades españolas de Granada, Autónoma de Madrid, Huelva y Oviedo; y de la Mailman School of Public Health de la Universidad de Columbia y la Geisel School of Medicine de Dartmouth, de Estados Unidos.
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