..Juan Pablo Ramírez.
La pandemia de Covid ha tenido un fuerte impacto en la actividad hospitalaria, hasta el punto de que se han reducido las intervenciones quirúrgicas un 28%. Así lo explica en una entrevista con iSanidad Agustín Canales, presidente del Sector de Traumatología de Fenin. En determinadas áreas como cadera y rodilla este descenso se ha agudizado. La reducción en estos casos ha sido del 38%.
¿Cómo ha afectado el Covid-19 a la industria del sector de Traumatología?
El impacto para la industria de tecnología sanitaria, más concretamente, para el sector de traumatología, ha sido brutal. En primer lugar porque era una situación a la que el sector nunca se había enfrentado. Por tanto, tuvimos que maniobrar de una manera muy rápida para garantizar el buen funcionamiento de nuestras redes comerciales y nuestras partes de negocio menos comerciales y más operativas y garantizar el suministro de los productos. Y, en segundo lugar, porque la actividad quirúrgica se vio completamente frenada y tuvimos que mandar a casa a la mayoría de nuestras redes comerciales. Es decir, tuvimos que ponernos todos en un proceso de hibernación y era algo absolutamente nuevo.
Era una situación a la que el sector nunca se había enfrentado, por tanto, tuvimos que maniobrar de una manera muy rápida
Por tanto, el impacto ha sido brutal porque nos hemos enfrentado a algo que desconocíamos completamente y no teníamos ningún referente en el pasado.
¿En qué medida ha descendido el número de intervenciones quirúrgicas por el Covid?
Fenin ha hecho un pequeño estudio. Lo que comprendía dicho estudio era analizar el descenso de los procesos quirúrgicos que habíamos tenido desde marzo de 2019 comparado con el mismo periodo de 2020. De esta manera se pudieron comparar dos periodos iguales y se pudo ver cuál había sido el descenso.
El descenso fue brutal. En la media nacional estamos hablando de un 28% pero, más concretamente, en las divisiones de negocio de implantes de rodilla y cadera la caída fue casi de un 38%, así como en medicina del deporte, que tuvo un descenso de casi un 37% en todo lo que viene siendo cirugía artroscópica. La parte en la que menos se notó el descenso fue en la división de osteosíntesis porque son cirugías que no son planificables, es decir, son cirugías derivadas de politraumatizados, accidentes de tráfico, caídas en casa, etc. Son situaciones en las que el paciente ingresa por urgencias y no se puede parar la cirugía, hay que realizarla de manera inmediata. Asimismo, como la gente estuvo confinada, hubo menos movimiento, menos tráfico. No obstante, el impacto también fue importante. Hablamos de un 15% en el descenso.
En la media nacional la reducción de intervenciones quirúrgicas fue del 28% debido al Covid
¿Qué repercusión ha tenido de cara a los pacientes?
En cuanto a los pacientes la repercusión ha sido, está y va a ser tremenda. Todos los pacientes que eran subsidiarios de un reemplazo de rodilla, cadera u hombro, o tenían la necesidad de un proceso quirúrgico artroscópico, se han frenados y no se les ha operado.
Por lo tanto, el paciente ha empezado a convivir con una situación de dolor, con mayor desgaste articular. Actualmente, lo que estamos viendo e intentado anticipar, es ese desgaste emocional que están teniendo y el cómo superar ese miedo a volver al hospital, a volver a planificar el que puedan ir a quirófano y realizar un procedimiento quirúrgico de manera segura. El miedo en la sociedad se ha instaurado y hay que trabajar para romperlo.
Asimismo, el paciente como tal, está sufriendo una mayor ingesta de antiinflamatorios y fármacos para paliar su dolor. Esto provoca un mayor gasto económico en los hospitales derivado de toda esta farmacología.
En las divisiones de negocio de implantes de rodilla y cadera la caída fue casi de un 38%. En medicina del deporte, que tuvo un descenso de casi un 37%
¿Se ha recuperado a día de hoy la actividad quirúrgica o aún se ve lastrada por la pandemia?
La actividad quirúrgica no se ha recuperado. Es verdad que vivimos en un país con 17 realidades y en cada comunidad autónoma hay una situación diferente respecto a la propia evolución de la pandemia. En unas comunidades el ritmo de cirugía se está recuperando de una manera más rápida que en otras. No obstante, en ningún caso y en ninguna comunidad autónoma, podemos decir que el ritmo quirúrgico está a niveles prepandemia. Por decir un porcentaje, estaremos actualmente en un 60% o un 65% de cirugía planificada de cambio de prótesis.
Como sector, ¿qué medidas se podrían adoptar para aliviar la lista de espera?
La lista de espera es un problema evidente. Es un problema que solo podemos atacar de manera coordinada entre las administraciones públicas, el sector y la propia industria.
El sector es importante, tiene una larga experiencia en este tipo de situaciones y tenemos que actuar de una manera coordinada. ¿Qué podemos aportar? Capacidad de reacción. En términos absolutos, desde Fenin se ha hecho un estudio en el cual hemos identificado la pérdida de unos 45.000 procedimientos quirúrgicos en estos últimos doces meses. 45.000 procedimientos quirúrgicos que se suman a la propia actividad derivada de la consulta hospitalaria que tenemos en el día a día, más este freno actual que existe en la capacidad de operar en los hospitales del sistema nacional público y sistemas privados.
En ningún caso y en ninguna comunidad autónoma, podemos decir que el ritmo intervenciones quirúrgicas está a niveles previos al Covid
Por tanto, es evidente que se necesita un plan coordinado con el Ministerio para dotar de suficientes recursos a los hospitales y que la industria tenga la suficiente capacidad de gestión de la demanda para atender implantes, instrumental, motores y ser capaces de dotar a nuestros sistemas logísticos con el suficiente stock de implantes para atender esas listas de espera. Si realmente la maquinaria se pone a funcionar y, desde las diferentes comunidades autónomas, se empiezan a operar a estos pacientes, evidentemente el nivel logístico se tiene que elevar mucho más. Es decir, se tendrá que empezar a operar por las mañanas y tardes, se necesitará reforzar la cadena de suministro, teniendo mayor capacidad de suministro de implantes y de instrumental específico, para poder reducir estos tiempos y este volumen que es brutal.
¿Qué medidas ha tomado la industria para garantizar el suministro de productos y atención a los bloques quirúrgicos?
La primera preocupación de la industria fue garantizar la cadena de suministro, garantizar el hecho de que tuviéramos al personal en nuestros almacenes, que fueran capaces de suministrar el material que los hospitales iban demandando. La parte de logística fue el primer reto y la parte comercial fue el segundo reto. Es verdad que, de repente, pasamos de una actividad frenética a una caída brutal.
Es evidente que se necesita un plan coordinado con el Ministerio para dotar de suficientes recursos a los hospitales
En los hospitales todo lo que era cirugía selectiva descendió pero, como he mencionado anteriormente, la parte de urgencia no se puede controlar y cuando entra un paciente politraumatizado, o que se haya caído o resbalado en la calle y viene con un tobillo fracturado o con una cadera fracturada, hay que operarlo de manera inmediata. Por tanto, la cadena logística tiene que ser capaz de suministrar ese implante y la red comercial tiene que ser capaz de estar presente y disponible para dar un soporte técnico. Por lo tanto, nosotros nos centramos en esos dos aspectos y haciendo turnos en la parte operativa. Turnos de 24 horas con equipos separados que no coincidían en el almacén para evitar contactos. Asimismo, teníamos un “equipo C” en retén por si había algún tipo de infección o contagio y teníamos que aislar a alguno de los grupos de trabajo en el almacén.
En cuanto a la parte comercial, hicimos un plan similar. En primer lugar, dotamos a todos los equipos de trabajo con unas reglas de higiene y de actuación, dotándolos de equipos de protección; mascarillas; gel hidroalcohólico; en algunos casos, le proporcionamos monos para que pudieran entrar en los hospitales; y, por supuesto, atendiendo a cualquier necesidad del hospital en términos de PCR, antígenos o cualquier tipo de prueba que se solicitaban desde los hospitales. Fue un reto muy grande porque, como he mencionado anteriormente, no teníamos un referente anterior. Es cierto que todas las compañías tenemos un plan de contingencia por si pudiese pasar algo en nuestras fábricas o en nuestros almacenes, pero algo tan dramático como esto no.
La primera preocupación de la industria fue garantizar la cadena de suministro
¿Hasta qué punto la pandemia ha cambiado y cambiará la colaboración entre la industria, la administración y el profesional?
Ha cambiado y es una de las grandes incógnitas que tenemos ahora mismo y que debemos resolver entre industria, administración, los propios facultativos y sociedades médicas. Diría que han cambiado varias facetas. La primera es respecto a la promoción de los productos. En la industria, el sector de traumatología, era un sector que interaccionaba a diario con el profesional de la salud, que incluso tenía presencia en los propios equipos y donde constantemente y todas las semanas, durante sesiones clínicas se presentaban nuevos productos.
Asimismo, se intentaba y se intenta tener actualizado a todos los equipos médicos, se hacían cursos de formación específicos, tanto al profesional de la salud, al cirujano, como a la enfermería, para tenerlos informados y formados sobre el uso correcto de nuestros productos e instrumentales. Por tanto, la promoción se ha visto parada porque hay protocolos. No nos podemos juntar un determinado número de personas o, simplemente, porque no se puede acceder al hospital. Por tanto, en esta faceta ha cambiado mucho y es algo que esperamos que en el futuro podamos controlar.
La relación entre industria administración y hospital Ha cambiado y es una de las grandes incógnitas que tenemos ahora mismo
En cuanto a la parte de la formación más específica, el sector históricamente ha tenido mucha relación en la formación médica, haciendo cursos en material anatómico, en cadáver, con mucha formación in house, trayendo a referentes nacionales o internacionales para que pudieran impartir cursos de formación, master class… Es decir, un gran número de actividades que se han visto cercenadas desde el minuto uno y el único acceso que tenemos ahora mismo es el webinar, donde el profesional de la salud se ha visto abrumado por la cantidad de ofertas y lo ha vivido con disconfort, ya que el aluvión de informaciones es muy grande y, al final, la calidad de esos cursos de formación no está del todo reglada.
El tercer reto diría que es con la propia administración. La administración ahora mismo está bloqueada, está centrada en el Covid. Están pensado en compras de EPI, respiradores o en otra serie de problemas derivados de los complejos hospitalarios y cuando se quiere hablar con la administración para una nueva introducción de una nueva tecnología, como por ejemplo, la cirugía robotizada, la cirugía navegada por ordenadores, nuevos materiales, etc., La administración siente pánico y vértigo con este tema y, actualmente, no está sintonizando en ese modo de emisión y están centrados en otra cosa.
Es verdad que un webinar o una conexión online es muy útil pero es imposible hacer un curso en material anatómico o en cadáver vía online
Llevamos un año con la pandemia, esperemos que en los próximos meses se relaje y podemos retornar a estas actividades, sobre todo por la sociedad. No nos olvidemos que hay un paciente al final de la cadena, una familia, unos nietos y un abuelo que se tiene que operar, recuperar su movilidad y volver a su vida regular. Entre todos tenemos que ser capaces de volver poco a poco a esta normalidad y que la sociedad, el profesional médico y el paciente, no se vean de una manera tan afectada, tan brutal, y de manera continuada o sostenida en el tiempo.
¿A qué retos se enfrenta la industria en el escenario post-pandemia?
El gran reto es el relacional. España es un país de relaciones, un país donde nos gusta sentarnos, mirarnos a la cara, hablar de los temas, etc.onde es verdad que los webinar y la comunicación online han venido para quedarse. Considero que esto no es un tema que debamos de cuestionar, pero ahora tenemos que buscar en la medida que tenemos que utilizar los recursos tecnológicos y cómo debemos utilizar los recursos anteriores al Covid o los recursos como el face to face o la relación interpersonal con los facultativos.
Estaremos actualmente en un 60% o un 65% de cirugía planificada de cambio de prótesis
Un webinar o una conexión online es muy útil pero es imposible hacer un curso en material anatómico o en cadáver vía online. Necesitamos tener presencia, hacer preguntas, tocar, probar el instrumental, ensayar y esto es uno de los grandes retos. Primero, que el facultativo pierda ese miedo a volver a relacionarse con la industria; segundo, que la administración permita que eso vuelva a ocurrir; y tercero, que las compañías también nos recuperemos de este gran varapalo y que nuestros presupuestos se vean otra vez dotados correctamente para la formación y educación de los profesionales médicos. Creo que el hecho de cómo se va a volver a interaccionar en un mundo físico y no virtual, es uno de los grandes retos.
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