..Gema Maldonado.
Es el mensaje sobre el que vuelve una y otra vez Eloísa Molina, coordinadora de Comunicación de la ONG World Vision España, que alerta sobre el aumento de casos de Covid-19 y muertes que la variante Delta está causando en países de bajos ingresos y alta densidad de población. A algunos aún no ha llegado una sola dosis de vacuna.
Incide en que la pandemia “nos ha enseñado que no nos podemos proteger a nosotros mismos solos porque no hay frontera que pare el virus”, pero también recuerda que “no debemos fallar moralmente” y dejar de proteger a las poblaciones de países que no pueden acceder a vacunas o a sistemas de bienestar social.
Los primeros afectados son los niños, ya no solo por las consecuencias directas del Covid-19 sobre su salud, sino por las indirectas: matrimonios en edad infantil, explotación y violencia sobre los más pequeños “se han disparado a raíz de la pandemia”, alerta Molina. Sobre estas otras realidades que la crisis sanitaria ha traído consigo, los peligros para la salud de todos que supone permitir que el Covid-19 siga circulando en países desfavorecidos y las posibles soluciones, habla con iSanidad la portavoz de World Vision España.
“La pandemia nos ha enseñado que no nos podemos proteger a nosotros mismos solos porque no hay frontera que pare el virus”
Hasta ahora, África estaba capeando bien las primeras oleadas de contagios, pero los números contagios y fallecidos han aumentado en el continente. ¿Cómo es la situación actual en sus más de 50 países?
En África se está hablando de una tercera ola de contagios que está siendo la peor en números desde que empezó la pandemia. Todo apunta a que la culpable de esta ola que está trayendo tantas consecuencias es la variante Delta, que es más contagiosa y que está afectando mucho al continente africano. Pero también influye en esos números cada vez peores el desgaste económico y emocional, la falta de oportunidades y de apoyo financiero, factores que hacen que África se esté resintiendo mucho de este año y medio de bloqueos (confinamientos).
El movimiento de personas que hay en el continente también preocupa en esta pandemia. En países como Uganda o República Democrática del Congo las cifras de contagios se están disparando también por el importante movimiento de personas que hay, a las que han afectado los bloqueos. Son comunidades que se estaban muriendo de hambre y se tienen que mover para buscar medios de vida. Estos movimientos hacen que el contagio se dispare.
“Las tasas de vacunación en África son ínfimas. Se calcula que el 1,4% de la población ha completado la pauta en todo el continente”
En cambio las vacunas no terminan de llegar a estos países ni a estas poblaciones.
Las tasas de vacunación son ínfimas. Se calcula que el 1,4% de la población ha completado la pauta en todo el continente. También tenemos constancia que hay países dentro del continente en los que aún no se ha administrado ni una sola dosis, como pueden ser Tanzania y Burundi. Si algo hemos aprendido es que no podemos superar una pandemia solos y tenemos que poner el foco en estos países que ahora están sufriendo altas tasas de mortalidad y no están siendo vacunados.
¿Qué está suponiendo la variante Delta en países de bajos ingresos en Asia y en Latinoamérica?
Volvió a ponerse el foco en este tipo de contextos cuando vimos la situación en India. Vimos imágenes y declaraciones de compañeros de World Vision que estaban totalmente desesperados ante la ausencia de material sanitario ante el Covid-19. Fue muy duro. Ahora vemos otros países como puede ser Indonesia, donde esta semana se ha registrado la muerte de unas 1.400 personas en un día, o Myanmar, con un aumento masivo de casos y 300 muertes diarias. Este país preocupa desde el principio por los movimientos migratorios que tiene. Hasta ahora había capeado la pandemia y pero esta variante les está afectando enormemente.
“Hay países dentro del continente en los que aún no se ha administrado ni una sola dosis, como pueden ser Tanzania y Burundi”
Son países a los que se les está complicando ya no solo la vacuna, también el cumplimiento de las normas básicas de lavado de manos, distanciamiento social y quedarse en casa, porque es muy insostenible mantener esto durante un año y medio si no tienes medios de vida ni alimentos para tu familia; la gente tiene que salir a buscarse la vida y a producir económicamente.
¿Hay relación directa entre la afectación por esta variante y aquellos países con unas estructuras gubernamentales débiles que se traducen en pocos recursos sanitarios?
Sí, es fundamental. Desde el inicio de la pandemia hemos visto mucho más esos gobiernos débiles, con economías débiles y sistemas sanitarios con los que los países no han podido hacer frente a esta pandemia. Primero lo vimos con la falta de medidas de protección y de comunicación a la población. En muchas comunidades remotas hemos sido las ONG las responsables de informarles de lo que estaba pasando y en campamentos de refugiados han recibido las medidas de prevención frente al Covid-19 de la mano de ONGs como World Vision.
“En Indonesia esta semana se ha registrado la muerte de unas 1.400 personas en un día y en Myanmar hay un aumento masivo de casos”
Después lo vimos en la falta del equipo médico necesario para atender a los afectados por Covid-19. No tenían camas, respiradores ni medicación. Tampoco las infraestructuras necesarias. Ahora lo estamos viendo con las vacunas, porque hay países que económicamente no pueden entrar en el negocio de comprar dosis para sus países, y también lo estamos viendo en la falta de apoyo financiero a las familias y las comunidades.
Y esta es una de las grandes consecuencias del Covid-19 en estos contextos. Hemos hecho un estudio específico sobre las consecuencias del Covid-19 en los derechos de la infancia y vemos que los datos de matrimonios infantiles, explotación y violencia se han disparado a raíz de la pandemia, porque ante la ausencia de oportunidades para alimentar a una hija se ven obligados a que contraiga matrimonio.
“Matrimonios infantiles, explotación y violencia se han disparado a raíz de la pandemia; ante la ausencia de oportunidades para alimentar a una hija se ven obligados a que contraiga matrimonio”
¿Está fracasando la iniciativa Covax?
Nosotros la hemos apoyado desde el origen, creemos que es ahí donde está la solución, que pasa por Covax para poder vacunar en estos contextos. Es la única manera que tenemos de hacer todo el proceso logístico. Cuando se ha hablado de la liberación de las patentes, nosotros desde el principio quisimos poner el foco en que no es la solución para los contextos frágiles porque no tienen la infraestructura física para llevar a cabo la vacuna.
Covax cubre la distribución equitativa, la fabricación, el transporte y el acceso último a la vacuna de la población. Confiamos en esta iniciativa, pero se tienen que cumplir la promesa, que era entregar 2.000 millones de dosis en países con menores ingresos. Y para eso tiene que contar con muchos actores internacionales implicados. Desde World Vision instamos una vez más a los líderes mundiales a que se garantice la fabricación de la vacuna frente al Covid-19 y su acceso para toda la población.
“Covax cubre la distribución equitativa, la fabricación, el transporte y el acceso último a la vacuna de la población. Pero se tienen que cumplir la promesa, que era entregar 2.000 millones de dosis”
¿Qué postura tienen en World Vision sobre una revacunación de Covid-19 en Europa mientras haya países a los que aún no ha llegado la vacuna?
Es muy complicado porque todos creemos y queremos que la vacunación en España funcione al ritmo más rápido posible, que se proteja a la población y que podamos mirar hacia un futuro en el que se retome la normalidad, pero es importante tener en cuenta que esto no es una cuestión de “nosotros o ellos”, que no es un “nosotros primero”. No podemos volver a una normalidad cuando el virus sigue contagiándose en otros contextos. Egoístamente o de manera inteligente, si se quiere decir así, tenemos que proteger a toda la población mundial si queremos protegernos a nosotros mismos.
Por otra parte, no debemos fallar moralmente. Es un fracaso moral protegernos solo a nosotros mismos y no proteger a otros contextos que no tienen la capacidad económica de hacerlo. Hay que destinar recursos también a esos países. Hace falta muy buena intención por parte de todos los agentes implicados, desde farmacéuticas, gobiernos, empresas hasta la propia población, pero creemos que es posible y que tiene que ser así porque todos tenemos el derecho a protegernos frente al Covid-19.
“Esto no es una cuestión de nosotros o ellos. No podemos volver a una normalidad cuando el virus sigue contagiándose en otros contextos”
¿Qué tiene que hacer la comunidad internacional ahora?
Nosotros hablamos de algo que está establecido en la mayoría de países de la comunidad internación y en la mayoría de organismos internacionales: pelear por emplear un tanto por ciento del PIB al desarrollo de otros contextos. Es verdad que no hemos llegado a destinar estas cantidades al desarrollo, pero creemos que es el momento. Ante una pandemia mundial tenemos que invertir en estos países, no solo económicamente, también con apoyo político y social.
La Unión Europea va a apoyar a los países miembros, pero la pandemia nos ha enseñado que tenemos que mirar también hacia fuera, no nos podemos proteger a nosotros mismos solos porque no hay frontera que pare el virus. Tenemos que tener muy en cuenta que si no protegemos al resto de la población mundial van a seguir apareciendo variantes y aumentando las cargas virales entre otros peligros que supone seguir teniendo el Covid-19 en países donde, además, las infecciones pueden correr muy rápido.
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