..Ana González-Besada.
El presidente del Consejo General de Colegios de Dentistas de España, Óscar Castro, ha comentado en una entrevista con iSanidad los diferentes retos a los que se enfrentan los profesionales de la odontología de cara a 2022, así como los objetivos que perseguirán en el nuevo año desde el Consejo. Además, Castro ha señalado cuáles son los principales problemas para los odontólogos a nivel laboral y qué perfiles se enfrentan a una situación más delicada.
“Los sectores más desfavorecidos dentro del mundo de la odontología son los nuevos profesionales que se han incorporado”
¿Qué valoración hace sobre la situación actual de los profesionales en el sector de odontología?
Estamos atravesando una crisis sanitaria, pero también económica, por lo que las condiciones de los odontólogos son un reflejo de lo que estamos viviendo actualmente en todo el país. Y posiblemente, se complicará todavía más.
Los sectores más desfavorecidos dentro del mundo de la odontología son los nuevos profesionales que se van incorporando, porque se encuentran con un panorama difícil. Se enfrentan a precariedad en el empleo, pero también a dificultades para el emprendimiento, con altas cuotas de autónomos y seguridad social y un incremento de los costes, tanto del material fungible, como de todo el aparataje.
Asimismo, la precariedad en el empleo se refleja en un aumento de clínicas donde, principalmente, predomina el carácter economicista. Por lo tanto, va ajustando los salarios y a los profesionales solo les quedan dos opciones: trabajar en unas condiciones laborales precarias o emigrar, porque no tienen futuro en España.
“El aumento de profesionales no refleja una mejora de la calidad asistencial, sino un detrimento”
Además de la situación tan atípica que estamos atravesando a nivel sanitario y social, ¿estas malas condiciones pueden verse agravadas por un exceso de profesionales en España?
Actualmente existen 23 facultades de odontología entre públicas y privadas, lo que ha derivado en una plétora profesional. En este sentido, el aumento de profesionales no refleja una mejora de la calidad asistencial, sino un detrimento.
Por otra parte, desde las instituciones no se da un valor suficiente al cuidado de la salud bucodental de la población. Este año se han destinado 47 millones de euros a la salud bucodental, apenas tres veces más de lo que se ha dedicado al rescate de una famosa discoteca de Ibiza. No se crean plazas en la Sanidad Pública, que sería otra salida para los profesionales, por lo que volvemos a que lo que decía antes: los profesionales asumen que tendrán que trabajar en malas condiciones o emigrar.
“Las especialidades en odontología serían buenas para que haya una libre circulación de profesionales por Europa y para una mejora de la calidad asistencial”
Desde el Consejo siempre inciden en la necesidad de oficializar las especialidades dentro del sector de odontología, ¿por qué es tan importante que existan especialidades?
Desde todas las instituciones relacionadas con la profesión (Consejo General, colegios, universidades y sociedades científicas) se manifiesta un consenso sin fisuras a favor del reconocimiento de las especialidades dentales. Este consenso y los esfuerzos de muchas organizaciones están motivados, en parte, por la inferioridad de condiciones en la que se encuentra España respecto al resto de los países de Europa.
España es el único país que no cuenta con especialidades en odontología y, por lo tanto, cualquier español que esté trabajando en el extranjero solo puede ejercer como odontólogo general. No puede validar ni acreditar su formación de especialización, por ejemplo, en ortodoncia o endodoncia.
Las especialidades serían beneficiosas de cara a la incorporación de los profesionales al mercado laboral y a la libre circulación de profesionales por Europa, en las mismas condiciones y con las mismas reglas. Además, redundarían en una mejora de la calidad asistencial sin ninguna duda. Es uno de los objetivos prioritarios desde la organización colegial para este 2022.
“El intrusismo profesional es un delito penal y por lo tanto tiene que ser perseguido”
Otro de los temas tratados en el Consejo es la lucha contra el intrusismo profesional. ¿Van a continuar trabajando en esta línea?
Efectivamente, llevamos años trabajando en esa línea. El intrusismo profesional es un delito penal y, por lo tanto, tiene que ser perseguido en todos los casos. A día de hoy, el intrusismo profesional, entendido como alguien que no es odontólogo y realiza tratamientos de odontología, se produce en casos muy puntuales en los que los jueces condenan por sistema a quienes lo cometen. Además, con las nuevas tecnologías estas personas acabarán desapareciendo.
Ahora mismo, nos encontramos sobre todo con invasión de competencias desde distintos sectores, principalmente desde enfermería. Ya hay varias sentencias del Tribunal Supremo por este tema y queda claro que, si una persona quiere ejercer como dentista, la única forma legal de hacerlo es estudiando odontología.
Vender productos sanitarios por Internet sin un facultativo que realice el diagnóstico y ponga el tratamiento es un delito, según Óscar Castro
¿Qué opina de la venta por Internet de los blanqueadores y alineadores? ¿Y del papel que tienen los influencers en la publicidad de los mismos?
Este es un tema muy serio porque, aparte de que se está infringiendo la ley, se está banalizando la salud de las personas, se les está engañando y poniendo en riesgo su salud. El trabajo de los influencers no debería tener cabida en los temas de salud.
Por ejemplo, hay que diferenciar un blanqueamiento de uso cosmético y uno de uso profesional. Nadie se puede creer que existan pastas de dientes de tres euros que vayan a hacer un blanqueamiento profesional. Eso es falso pero se está difundiendo en muchos medios de comunicación. Es publicidad engañosa.
Por otra parte, también encontramos casos de venta por Internet de productos sanitarios, como férulas de descarga o de ortodoncia invisible, en los que no existe una supervisión adecuada por parte de un facultativo, que es quien debe realizar el diagnóstico y programar el tratamiento. En este caso no solo estamos ante un fraude, sino también de un delito y, por lo tanto, la ley tiene que caer con todo su peso y la Agencia Española del Medicamento, que es quien controla los productos sanitarios de cualquier índole, ha de estar pendiente para denunciarlo y perseguirlo.
“Cada euro que se invierte en prevención son 20 euros que se ahorran en tratamientos”
¿Cree que el nivel de concienciación sobre salud oral en la población en general es suficiente?
En absoluto. Según el Libro Blanco de la Salud Oral 2020, que editamos desde el el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española (FDE), solo un 48% de la población acude regularmente al dentista. Más de la mitad de la población española solo visita a su dentista cuando tiene un problema grave, con el consecuente agravamiento de los tratamientos y una pérdida irremediable de piezas dentales.
España es el país de Europa donde menos se acude al dentista y, paradójicamente, también es en el que se pone el mayor número de implantes. A veces te encuentras en situaciones donde la gente valora más un implante que sus propios dientes. Se requiere una función pedagógica por parte de los profesionales, pero también de las instituciones. Éstas deberían de ver que por cada euro que se invierte en prevención se ahorran 20 euros en tratamientos. Es una proporción bastante considerable como para plantearse el lanzamiento de campañas institucionales de prevención y mejora de la salud oral por parte de la administración.
“Las autoridades y administraciones tienen que concienciarse y no actuar solo cuando miles de personas se manifiestan delante del Ministerio”
¿En qué estado se encuentra la Ley de Sociedades Profesionales?
La Ley de Sociedades Profesionales existe, pero desde el Consejo reclamamos que se modifique para que el dentista sea el propietario o el socio mayoritario de las empresas y evitar las sociedades de intermediación.
El objetivo es que sea un profesional de la odontología quien controle las sociedades y no una mercantil, un fondo buitre o cualquier sociedad que tenga como prioridad obtener un beneficio económico. Desgraciadamente hemos vivido la desaparición de varias compañías de este tipo, como iDental, que dejaron a los pacientes sin dinero y sin tratamiento.
Las autoridades y administraciones tienen que concienciarse de la gravedad de este problema y legislar en consecuencia. No se puede actuar solo cuando miles de personas se manifiestan delante del Ministerio.
Lamentablemente, auguro que, si sigue siendo posible a nivel legal, esta situación se volverá a dar en el futuro porque son compañías cuya función es la inversión económica y no la inversión en salud.
Uno de los objetivos para el Consejo de cara a 2022 es luchar por la Ley de Publicidad Sanitaria
De cara al futuro, ¿cuáles son los principales retos a los que se va a enfrentar el Consejo General de Colegios de Dentistas?
Otro de los temas que más nos preocupa y en el que estamos trabajando desde el Consejo, aunque trasciende a todo el sector sanitario, es la Ley de Publicidad Sanitaria. Ya existe una Ley de Publicidad Sanitaria pero no es específica. No puede ser que los medios de comunicación emitan publicidad engañosa, ofertas agresivas, paquetes, descuentos, etc. sobre tratamientos odontológicos o de salud.
“Las ofertas en salud no pueden ser aceptadas porque al final se crea una necesidad sobre el paciente más allá del tratamiento”
Las ofertas en salud no son aceptables porque, al final, generan una necesidad en el paciente más allá de su necesidad real del tratamiento, de si es la opción más adecuada, de si el profesional es el adecuado o si cumple con las condiciones necesarias. Lo mismo pasa con la salud oral. La boca es salud y repercute en todo nuestro organismo.
Cuando hablamos de la salud, que es el bien más preciado del ser humano, no se pueden hacer ofertas. Lo que hay que hacer es demostrar que eres un buen profesional, que trabajas con los materiales adecuadas y en las condiciones más adecuadas para que el tratamiento sea un éxito o que, por lo menos, pongas todos los medios para que lo sea.
No se puede jugar con la salud de las personas y en España se está jugando sistemáticamente. Hay panaderos propietarios de clínicas dentales, que no es ilegal, pero no se da en ninguna parte del mundo. En España miran hacia otra lado en lugar de legislarlo.
“A nivel internacional España se encuentra entre los cinco países con mejores profesionales y mejor formación”
¿Cuáles son los principales puntos fuertes del Consejo y de los odontólogos españoles?
Uno de los objetivos del Consejo a nivel institucional es fomentar la transparencia. De hecho, hemos sido felicitados por el Consejo de la Transparencia porque todo lo que publicamos lo hacemos de manera absolutamente transparente, ofreciendo incluso más datos de los necesarios. Somos un ejemplo de buenas prácticas y nos enorgullece mucho.
A nivel internacional podemos sentirnos orgullosos de nuestros profesionales y su nivel de formación. España está calificada como uno de los cinco países con mejores profesionales y mejor formación. Durante la pandemia, países de todo ámbito latinoamericano han estado siguiendo nuestros protocolos y las campañas de vacunación y prevención contra el coronavirus.
También destacaría el trabajo realizado en colaboración con otras instituciones. Estamos integrados en asociaciones en las que España tiene un peso muy importante y específico. Las sinergias que tenemos con los demás consejos sanitarios, médicos, farmacéuticos, veterinarios, etc., es una constante. Por ejemplo, actualmente estamos trabajando codo con codo, principalmente médicos, farmacéuticos y dentistas en la receta electrónica.
“En el año 2021 posiblemente se ha perdido más del 30% de los beneficios en comparación con el año anterior”
¿Hasta qué punto ha afectado la pandemia en las cuotas de negocio? ¿Y en la asistencia de los pacientes a las consultas?
En el año 2021 posiblemente se hayan reducido en más del 30% los beneficios en comparación con el año anterior. Estamos perdiendo poder adquisitivo progresivamente porque, por un lado, los pacientes acuden menos al dentista y, por otro lado, en el contexto actual no podemos subir los precios.
Por tanto, estamos atravesando una situación delicada. Al final muchos odontólogos somos autónomos y, salvo en el caso de los Ertes, hemos recibido muy poca ayuda de la administración. Nadie se da cuenta que si suben los precios de las mascarillas, los guantes, los suministros, etc., pero no el precio de los tratamientos, el dentista no puede subsistir en esas condiciones. Esto tendrá consecuencias en un futuro, se perderán muchos puestos de trabajo y muchas clínicas se verán abocadas a cerrar por la pandemia.
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