Dr. Francisco Javier García: “No podemos limitar el uso de unos inhaladores ampliamente utilizados sin contar con alternativas viables”

..Redacción.
Anuario iSanidad 2021.
Ante la polémica por el efecto contaminante de los inhaladores pMDI, el Dr. Francisco Javier García, neumólogo del Hospital Universitario de La Princesa y presidente de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid), insiste en que, a día de hoy, menos del 0,1% de las emisiones se deben a los gases fluorados de uso farmacéutico y que este tipo de inhaladores son la única alternativa para el tratamiento de un gran número de pacientes con EPOC.

¿Qué pacientes con EPOC usan de forma más habitual los inhaladores pMDI?
La utilización de los inhaladores pMDI supone en nuestro país alrededor del 50% del total de los broncodilatadores, siendo frecuente su utilización como medicación de rescate en pacientes con sintomatología persistente. Los pacientes con EPOC que usan más habitualmente estos inhaladores son aquellos que se encuentran en una situación más grave, con mayor grado de obstrucción pulmonar, y que no tienen el flujo inspiratorio necesario para utilizar los dispositivos de polvo seco. Muchos de ellos, además, son ancianos y requieren cámaras espaciadoras para conseguir un efecto óptimo de la medicación.

Según el Dr. Francisco Javier García, la utilización de los inhaladores pMDI supone en nuestro país alrededor del 50% del total de los broncodilatadores

¿Cuál es la necesidad real de los aerosoles presurizados para estos pacientes?
Los inhaladores presurizados son fundamentales para un amplio grupo de pacientes, que incluyen pacientes graves con disnea relevante, pacientes ancianos y todos aquellos con imposibilidad de utilizar adecuadamente los dispositivos de polvo seco. Los pMDI pueden también actuar en situaciones urgentes con riesgo vital que requieren una respuesta terapéutica rápida.

Ante la posibilidad de que se restrinja el uso de los pMDI, ¿se está priorizando el cuidado del paciente?
Cualquier intervención terapéutica en un paciente debe tener como máxima prioridad conseguir los mejores resultados, en cuanto a curación y control sintomático. Un hipotético cambio de inhalador en un paciente con síntomas respiratorios crónicos debe ser meditado, justificado y consensuado con el paciente. Se deben analizar globalmente las características del enfermo, su gravedad y cuál va a ser la sustancia y el sistema de inhalación más eficaz para él. En un análisis conjunto de la situación, lo fundamental es lograr el mayor control posible de la enfermedad. Por tanto, no podemos limitar en la actualidad el uso de unos inhaladores ampliamente utilizados por los pacientes cuando, además, en muchos casos no disponemos de alternativas viables.

No podemos limitar el uso de unos inhaladores ampliamente utilizados por los pacientes cuando, además, en muchos casos no disponemos de alternativas viables

¿Supone una amenaza real este tipo de inhaladores en la huella de carbono?
Los inhaladores presurizados contienen el gas propelente hidrofluoroal cano (HFA) 134, nocivo para el medio ambiente y productor de CO2. Para valorar su importancia global, hay que tener en cuenta que existen informes oficiales que atribuyen menos del 0,1% del total de las emisiones con efecto invernadero a los gases fluorados de uso farmacéutico, frente al 27,7% del transporte por carretera y al 21% de las actividades industriales. Todos debemos estar comprometidos con la seguridad medioambiental, pero existen sectores donde actuar rápidamente generaría más beneficios para la población. Debemos exigir a las compañías farmacéuticas que desarrollen sistemas de inhalación con el menor impacto posible en la huella de carbono. En ese sentido, algunas empresas ya anuncian para 2025 la disponibilidad dispositivos diez veces menos contaminantes.

¿Cómo cree que se limita la capacidad de los profesionales sanitarios para utilizar el inhalador más adecuado?
El facultativo debe valorar los perfiles y las características de los pacientes respiratorios que atiende y elegir, entre las opciones disponibles autorizadas, el fármaco y el sistema de inhalación que pueda controlar más eficazmente los síntomas y que más contribuya a su bienestar. No debe limitarse la prescripción de los inhaladores pMDI en el momento actual por un problema que no es urgente.

El uso de inhaladores pMDI es muy frecuente como medicación de rescate en pacientes con sintomatología persistente

¿Qué implicaciones puede tener los cambios de inhalador no consensuados para los pacientes?
La relación médico-paciente se basa en la confianza, el diálogo y en la búsqueda de alternativas terapeúticas consensuadas para mejorar el pronóstico de los enfermos. La ruptura de ese acuerdo sin causas justificadas en pacientes estables y adherentes puede generar intranquilidad, desazón y preocupación, pudiendo ocasionar peor control de su enfermedad y de sus síntomas, generando un efecto indeseable: la utilización de más broncodilatadores de rescate, que son los más contaminantes.

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