No estaremos a salvo hasta que no estemos todos a salvo: rescatando la salud pública. Dra. Elena Vanessa (SEE)

Dra.-Elena-Vanessa

..Dra. Elena Vanessa Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Anuario iSanidad 2021.
Trabajar en epidemiología siempre ha sido complicado de entender, incluso ha sido una palabra difícil de pronunciar para los que no trabajan en ello. El papel fundamental de la epidemiología es analizar cada situación y los factores que están influyendo sobre ella para poder entender el desarrollo de una enfermedad o problema de salud, así como los elementos que inciden en su evolución, siempre con el objetivo de tomar las mejores decisiones posibles para mejorar la salud de la población. Y de la misma forma, la epidemiología es también necesaria para poder hacer una adecuada evaluación del impacto de las medidas adoptadas.

La Ley 33/2011, General de Salud Pública, define la salud pública como el conjunto de actividades organizadas por las Administraciones públicas, con la participación de la sociedad, para prevenir la enfermedad, así como para proteger, promover y recuperar la salud de las personas, tanto en el ámbito individual como en el colectivo y mediante acciones sanitarias, sectoriales y transversales. Quizá es más fácil de entender con un símil con el que lo explicaba una compañera que pasó de trabajar del ámbito asistencial a la salud pública. Ella lo definía como que había pasado de cuidar unas flores a cuidar el jardín completo.

Si no conseguimos que el desarrollo de los sistemas de salud pública se convierta en una prioridad para nuestros decisores, corremos el riesgo de que parezca que todo ha pasado y que no hace falta nada más

La Ley 33/2011 surgió para dar respuesta a las necesidades y retos planteados desde la salud pública, para dotar de las infraestructuras y personal suficiente con los que abordar las actividades necesarias. Han pasado 10 años y los grandes desafíos que planteaba siguen sin desarrollarse. De nuevo, y tras las necesidades que se han evidenciado durante la pandemia, parece que se apuesta por un cambio que mejore la situación, esta vez impulsado por Europa desde el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La pandemia ha puesto de manifiesto las grandes carencias en este sector, tanto el déficit de equipos humanos, como de infraestructuras, incluyendo los sistemas de información, mucho más obsoletos que los del ámbito asistencial, con sistemas escasamente automatizados y poco interoperables entre las diferentes unidades del sistema.

Los profesionales de epidemiología han demostrado durante esta pandemia su gran profesionalidad, trabajando sin descanso. Pero, pese a ese sobreesfuerzo, se han tenido que abandonar tareas y actividades que son imprescindibles en la vigilancia, la prevención y el control de otras enfermedades infecciosas, de las enfermedades crónicas, los determinantes de salud y la epidemiología social.

Desde la Sociedad Española de Epidemiología insistimos en la necesidad imperiosa de desarrollar esta nueva estructura de salud pública

Desde la Sociedad Española de Epidemiología insistimos en la necesidad imperiosa de desarrollar esta nueva estructura de salud pública que incluya, entre otras prioridades, redimensionar las plantillas de profesionales, tanto a nivel autonómico como estatal; implantar sistemas de información automatizados e interrelacionados; establecer canales de coordinación sólidos entre las diferentes administraciones implicadas, tanto de forma horizontal como vertical; desarrollar una nueva estrategia de vigilancia en salud pública que permita dar un paso más allá de la vigilancia de enfermedades transmisibles, ampliando la vigilancia a las enfermedades crónicas, los riesgos ambientales o los determinantes de la salud y sus desigualdades; y crear estructuras de salud pública, tanto a nivel autonómico como estatal, que integren todas las actividades relacionadas con la salud pública y se doten de la capacidad presupuestaria necesaria.

Es fundamental que este cambio de se aborde con una “visión estratégica” de futuro, que permita la evolución en el tiempo y la adaptación a todas las posibles futuras crisis 

Es fundamental que este cambio de sistema de salud pública se aborde con una “visión estratégica” de futuro, que permita la evolución en el tiempo y la adaptación a todas las posibles futuras crisis sanitarias. Especialmente ahora, que parece que hemos pasado lo peor de la pandemia, si no conseguimos que el desarrollo de los sistemas de salud pública se convierta en una prioridad para nuestros decisores, correremos el riesgo de que parezca que todo ha pasado y que no hace falta nada más, y no podemos volver a perder el tren.

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