..Pablo Malo Segura.
El pasado 30 de junio se realizó una intervención con tecnología innovadora para la colocación de unos implantes dentales en el hueso del pómulo (cigoma) en el quirófano que Sanitas Dental utiliza para cirugías maxilofaciales dentro del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela. En concreto, se trata de implantes cigomáticos, que se utilizan cuando el paciente no dispone de hueso suficiente en el maxilar. Alejandro Gutiérrez, cirujano maxilofacial que colabora con Sanitas Dental, y Patxi Arnaiz, odontólogo restaurador, formaron parte de la intervención. En una entrevista con iSanidad destacan que la navegación dinámica asegura una mayor exactitud, seguridad y rapidez en la colocación de implantes cigomáticos.
La atrofia severa de hueso impide colocar implantes dentales convencionales o incluso una prótesis clásica completa, disminuyendo la calidad de vida del paciente. En este contexto, los implantes cigomáticos se fijan en el hueso que forma los pómulos, el cual ofrece unas características muy adecuadas para el anclaje de los implantes y garantiza una fijación a largo plazo. Para la intervención, el equipo de Sanitas utilizó el navegador Brainlab, que permite una colocación totalmente guiada del implante. La intervención es compleja y requiere un equipo multidisciplinar con formación específica, constituido por un cirujano maxilofacial, un odontólogo restaurador, un técnico de laboratorio dental y un ingeniero biomédico.
El Hospital Universitario La Zarzuela acoge una intervención para la colocación de implantes dentales sobre el hueso del pómulo
¿Por qué es especial esta intervención? ¿En qué ha consistido?
Alejandro Gutiérrez: Es una cirugía inusual, no todos los días se lleva a cabo una cirugía de implantes cigomáticos en los quirófanos de cirugía maxilofacial. Lo más novedoso de la cirugía es utilizar navegación dinámica, realizarla íntegramente de manera digital y poder aplicarla en el quirófano. Toda la planificación ha girado en torno a los dientes (realizados a partir de un diseño virtual con un prototipado) y estos han influido en el resto de la cirugía. Con un ingeniero biomédico hemos planificado una cirugía con unas guías estáticas y, posteriormente, hemos trasladado todo este plan a un neuronavegador hospitalario que se llama Brainlab. Esta tecnología se utiliza tradicionalmente en neurocirugía o dentro de la cirugía maxilofacial en oncología o traumatología, pero no con implantes cigomáticos.
Además, otra particularidad es que ponemos los dientes en el día con el protocolo desarrollado por el Dr. Arnaiz. Cuando se colocan implantes cigomáticos de una manera tradicional el proceso de la toma de impresiones en quirófano es de aproximadamente una hora, mientras que con este novedoso método se ve reducido a cinco minutos. La carga protésica de la cirugía de los implantes se realiza a partir de unos tapones de cicatrización que están digitalizados y gracias a ellos tomamos la medida y posteriormente colocamos la prótesis.
“Cuando se colocan implantes cigomáticos de una manera tradicional el proceso en quirófano es de una hora mientras que con este novedoso método se ve reducido a cinco minutos”
¿Qué ventajas ofrece el uso de la neuronavegación en la colocación de implantes dentales?
Patxi Arnaiz: Sobre todo aporta seguridad a la hora de operar y no tener imprevistos con una técnica “más artesanal”, más aún cuando el posicionamiento de los implantes cigomáticos es crítico para tener una emergencia correcta y por lo tanto no afecte al diseño de los futuros dientes y no aletere al protocolo que estamos aplicando.
Alejandro Gutiérrez: La neuronavegación aporta exactitud, seguridad, tranquilidad y rapidez en quirófano. La cirugía es más corta ya que gracias a las guías y al navegador no tenemos que estar visualizando continuamente el hueso, por tanto, vamos más rápido al ir más seguros. En definitiva, aporta gran cantidad de beneficios.
¿En qué situaciones está indicado este método?
Patxi Arnaiz: El gold standard, sin ninguna duda, son los implantes cigomáticos. Se podría extrapolar a otro tipo de técnicas, pero los casos de cigomas van a implicar un ingreso hospitalario y este tipo de aparatos de neuronavegación no creo que se puedan estandarizar a una clínica odontológica normal.
“El gold standard, sin ninguna duda, son los implantes cigomáticos”
En la intervención han participado profesionales de diferentes áreas (cirujano maxilofacial, odontólogo restaurador, técnico de laboratorio dental y un ingeniero biomédico). ¿Cuál ha sido el papel de cada uno?
Alejandro Gutiérrez: Esta cirugía comienza primero en la planificación del caso. Patxi junto con Alberto, el técnico de laboratorio, diseñaron una posición de dientes ideal que no tiene por qué ser la posición de dientes de la prótesis que previamente llevaba la paciente. El diseño virtual se pasa al ingeniero biomédico para que lo valide y fabrique unas guías estáticas para poder realizar la cirugía en quirófano.
Una vez tenemos las guías estáticas y los dientes diseñados virtualmente pasamos toda esa información al neuronavegador. Al fin y al cabo es como si fuera un GPS, sabemos en todo momento en qué posición estamos en el esqueleto facial. Luego, en el quirófano estamos los cirujanos que realizamos la intervención, Julián Ruiz, Jorge Caubet y yo. Finalmente, entran en juego el técnico de laboratorio y el prostodoncista para colocar los dientes.
“Al fin y al cabo es como si fuera un GPS, sabemos en todo momento en qué posición estamos en el esqueleto facial”
¿Cómo ha sido el trabajo previo del equipo multidisciplinar para planificar la cirugía?
Patxi Arnaiz: El trabajo parte principalmente del odontólogo al tomar los registros para hacer un montaje de dientes junto al técnico de laboratorio para buscar un prototipo de lo que va a ser el diseño final. Se trata de hacer un estándar en una prueba de dientes tradicional, digitalizarla y una vez ya digitalizada y probados en boca todos los parámetros (estéticos, oclusales, etc.) hacer una fusión de datos, un TAC, alinear los STL, para que el ingeniero fabrique y diseñe todo el plan de tratamiento en función de esta prueba de dientes.
El navegador Brainlab tradicionalmente se emplea en neurocirugía. ¿Se va a generalizar su uso en cirugía maxilofacial?
Alejandro Gutiérrez: Este neuronavegador es hospitalario y se ha utilizado tradicionalmente en neurocirugía, de hecho, su uso comenzó allí. A día de hoy, dentro de la cirugía maxilofacial está ampliamente extendido en oncología, traumatología y cirugía reconstructiva, pero en campos como la implantología no tiene un uso extendido.
A partir de ahora, nuestro equipo de trabajo va a comenzar a hacer todos los implantes cigomáticos con neuronavegador porque los beneficios que hemos obtenido en esta cirugía han sido enormes. No creo que se extienda de una manera masiva a la implantología convencional porque es un neuronavegador de uso hospitalario. Es verdad que hay navegadores en clínicas dentales, pero no llegan a la precisión ni a la fiabilidad de este tipo de neuronavegador.
“A partir de ahora, nuestro equipo de trabajo va a comenzar a hacer todos los implantes cigomáticos con neuronavegador porque los beneficios que hemos obtenido en esta cirugía han sido enormes”
¿Hay diferencias en el plazo de recuperación del paciente utilizando este método?
Patxi Arnaiz: El postoperatorio que hemos tenido en esta paciente, que tenía 87 años, ha sido espectacular. Yo cargué al día siguiente la prótesis y apenas tenía inflamación ni hematoma, simplemente un poco de dolor en la zona donde le habían puesto el cefalostato del neuronavegador. Estamos muy contentos con los resultados, aunque creo que todavía hace falta más casuística para tener más seguridad de que el uso del neuronavegador en implantes cigomáticos es el gold standard y la línea a seguir en este tipo de tratamientos.
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