Dr. Jorge Rivas: “La cirugía de raíz de aorta, según la técnica David, evita las complicaciones asociadas a las prótesis”

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..Victoria Guillén.
Las aneurismas de aorta ascendente deben tratarse quirúrgicamente para evitar complicaciones. Así, en el año 1969, Bentall y Bono describieron una técnica para sustituir la raíz de la aorta reimplantando el origen de las arterias coronarias y reemplazando la válvula aórtica por un sustituto sintético. Pero, tras este tipo de intervenciones el paciente necesitaba anticoagulantes de por vida y, además, podía sufrir las complicaciones de ser potador de una crisis cardiaca, como son las trombosis, embolias o hemólisis.

La técnica David, que preserva la válvula aórtica reimplantándola en un tuvo sintético, evita las complicaciones asociadas a las prótesis

Por eso, en 1992, Tirone David describió una técnica con la que preservar la válvula aórtica reimplantándola en un tuvo sintético. “De esta manera, se evitan las complicaciones asociadas a las prótesis. La cirugía está indicada si la raíz de la aorta mide más de 50 milímetros (mm). También, si mide más de 45 mm y el paciente padece enfermedades del tejido conectivo tengan o no insuficiencia aórtica asociada. Es decir, como el síndrome de Marfan”, explica el Dr. Jorge Rivas Oyarzabel, médico adjunto de la Unidad de Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, en Doryos, una plataforma digital de conocimiento médico hecha por y para médicos.

Asimismo, el experto añade que “esta cirugía se podrá realizar siempre y cuando la anatomía de la válvula sea favorable, no haya calcificaciones groseras en los velos aórticos y las arterias coronarias tengan un origen alto”.

Así, para realizar está técnica es necesario colocar al paciente decúbito supino, realizar una esternotomía médica y conectar al paciente a circulación extracorpórea con isquemia cardíaca. “Tras el clampaje y la administración de cardioplégia, procedemos a resecar las paredes de la aorta hasta su raíz, preservando un remanente de unos dos o tres milímetros. En la resección dejaremos una pastilla de tejido aórtico alrededor del origen de las arterias coronarias”, señala el especialista.

La cirugía está indicada si la raíz de la aorta mide más de 50 mm o 45 mm y el paciente padece enfermedades del tejido conectivo

Asimismo, apunta que “una vez completada la disección y tras comprobar que la anatomía de la válvula es favorable, implantamos suturas de anuloplastia de la válvula aórtica. Preparamos el injerto plicando sus bordes tantas veces como número de comisuras tenga la válvula. En este sentido, las suturas serán la guía para `posicionar el injerto en su posición anatómica”. Así, el tamaño del injerto que más se utiliza en esta técnica es de 32 milímetros.

“Una vez posicionado el injerto, resuspendemos las comisuras de la válvula aórtica y suturaremos el remanente. Esta última línea es la que garantizará la hemostasia de la raíz. A continuación, reimplantamos las arterias coronarias. Al injerto de 32 mm, que conforma la raíz, se le sutura otro injerto de 28 mm de diámetro, reduciendo su porción final. De esta manera, formamos unos neosenos de Valsalva. Finalmente, se comprueba la competencia de la válvula aortica mediante un ecocardiograma transesofágico postoperatorio”, apunta el doctor.

Por último, el Dr. Rivas concluye que “la técnica de David, con sus distintas modificaciones, permite preservar la válvula aórtica y evitar posibles complicaciones de ser potador de una válvula protésica. Sin embargo, esta intervención debe realizarse por manos expertas y en centros de referencia”.

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