Dotar de suficiencia al sistema y fomentar su carácter colaborativo, claves de futuro. Dr. Juan Abarca (Fundación IDIS)

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Foto: Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS / Archivo

..Dr. Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad.
Anuario iSanidad 2021.
Sin duda que el año 2021 ha venido marcado por la continuación de la pandemia producida por el virus SARS CoV2 (Covid-19) y la vacunación masiva de la población, hasta el punto que España es el país en el que mayor porcentaje de población tiene la pauta completa, tan solo detrás de nuestros vecinos de Portugal. Esta nueva pandemia ha dejado, por el momento, más de 87.000 fallecidos y superamos ya la cifra de los cinco millones de contagios, unos datos que por sí solos nos dejan sin palabras por el dolor que ha generado y continúa produciendo en nuestra sociedad. Un dolor al que se suma la crisis económica que nos sigue acompañando.

En este periodo de estrés e incertidumbre, nuestro sistema sanitario se ha visto desbordado y se han puesto de manifiesto las carencias que venimos arrastrando desde hace tiempo. Las insuficiencias e ineficiencias acumuladas a lo largo de los años están dando paso a algo que es más preocupante, si cabe, la brecha que se va acrecentando entre la cobertura de las necesidades de la población y la oferta equitativa de servicios. Este sucinto análisis viene refrendado por los datos que nos aporta el informe anual Bloomberg, que mide la eficiencia de los sistemas sanitarios a través de la esperanza de vida, el gasto en salud per cápita y el peso relativo del gasto sanitario sobre el PIB.

Solo cabe tratar de resolver la ecuación mediante una reforma del sistema que tenga en cuenta a todos los agentes implicados

En tan solo dos años, del 2018 al 2020, nuestro país ha caído 13 posiciones, situándose en el decimosexto lugar tras países de nuestro entorno como Suiza, Alemania, Francia, Suecia o Austria, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca y Holanda, en los que la inversión en sanidad supera o iguala el 10% de su PIB. Hacer más con menos es prácticamente imposible, especialmente en los tiempos en los que vivimos de extraordinaria presión asistencial y demanda de servicios de salud, y en los venideros, en los que el aumento de la esperanza de vida, la cronicidad, las nuevas formas de enfermar, las consecuencias del cambio climático y los grandes avances científicos y tecnológicos, entre otros factores, pueden terminar de rasgar un tejido sanitario público de inestimable valor que precisa de un sistema sanitario privado sinérgico, fuerte, pujante y robusto.

Ante un panorama de estas características solo cabe tratar de resolver la ecuación mediante una reforma del sistema que tenga en cuenta a todos los agentes implicados dejando atrás apriorismos y posiciones dogmáticas y populistas que en nada benefician a que nuestro sistema adquiera la suficiencia que precisa. En esta reforma, sin duda, la cooperación entre las dos titularidades, pública y privada, es esencial y, además, debe impulsarse desde todos los ámbitos e implicar a todo el mapa de gestión del sistema, desde la vertiente asistencial sanitaria y sociosanitaria, hasta la relativa a la investigación y la innovación, pasando por la formación, prevención y educación sanitaria.

Finalmente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, en concreto el número 17, propone el establecimiento de alianzas. Solo mediante un trabajo multidisciplinar, involucrando a todas las partes interesadas, es como podremos afianzar el presente y dotar a España de un futuro de liderazgo también en materia sanitaria.

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