..Pablo Malo Segura.
El 80 Congreso Mundial de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) se celebrará en Sevilla del 18 al 22 de septiembre de 2022. Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (Cgcof), destaca en una entrevista con iSanidad la importancia de traer este tipo de congresos a España para “poder demostrar la fuerza que tenemos”. Además, asegura que las lecciones aprendidas de la pandemia muestran que hay que reforzar mucho más la salud pública y la farmacia tiene que participar en todos los temas relativos a esta. Por otro lado, señala que quieren seguir potenciando el contacto directo y la humanización con el ciudadano.
¿Qué supone para el Cgcof traer el 80 Congreso Mundial de Farmacia a España?
Para nosotros es un honor y una responsabilidad. Estos últimos años tanto el Gobierno del PP en su momento, como luego el Gobierno del PSOE declaró como marca España la farmacia española. De hecho, nos fuimos al Congreso de Argentina a presentar el Congreso de Sevilla como marca España. Ahora poderla compartir con los compañeros del resto de los países es un honor.
Además, es un foro donde están todos los países del entorno farmacéutico. Vamos a ser capaces de llegar a quién no hubiésemos podido si lo hiciésemos de manera bilateral. Desde el punto de vista español, es muy importante traer los congresos para poder demostrar la fuerza que tenemos. Muchas veces no nos lo creemos, pero desde fuera sí que lo valoran mucho.
“El 80 Congreso Mundial de Farmacia es un foro donde están todos los países del entorno farmacéutico”
¿Cuáles son las lecciones más importantes aprendidas durante la pandemia? ¿Puede marcar un antes y un después para la farmacia?
Tenemos que hacer ahora una reflexión entre todos. España es un país con 17 comunidades autónomas y la manera de trabajar de la administración con la farmacia y los farmacéuticos ha sido muy dispar. Tristemente, ha habido mucha inequidad.
También creo que habido experiencias muy importantes en distintas comunidades autónomas que merecen una reflexión. Hay que valorar si debemos seguir con las soluciones que nos han parecido un éxito durante la pandemia y si debemos reforzar los procedimientos que hemos llevado a cabo. Una de estas experiencias ha sido la continuidad asistencial entre la farmacia comunitaria y la farmacia hospitalaria a la hora de hacer llegar los medicamentos a los ciudadanos.
“Una de estas experiencias ha sido la continuidad asistencial entre la farmacia comunitaria y la farmacia hospitalaria a la hora de hacer llegar los medicamentos a los ciudadanos”
También ha sido muy importante la colaboración en varias comunidades autónomas en la realización de los test de antígenos. No solamente por hacer los test, sino por la conexión que ha habido entre los sistemas públicos de salud de cada una de las comunidades y la oficina de farmacia para que llegasen de manera eficaz a las administraciones los datos de los 83.000 positivos registrados. Se trataba de identificar a las personas positivas y que podían ser transmisores de la propia enfermedad.
Estos son algunos ejemplos de que tenemos que reforzar mucho más la salud pública y la farmacia tiene que participar mucho más en todos los temas relacionados con ella. Cuando los sistemas sanitarios se han visto colapsados ha sido cuando se han dado cuenta de que hay que tener más integrados a los farmacéuticos. Juntos sumamos más, creo que esta es la lección que hay que sacar desde las administraciones. La participación de los farmacéuticos en las comunidades donde se ha podido llevar a cabo ha sido un éxito.
“Cuando los sistemas sanitarios se han visto colapsados ha sido cuando se han dado cuenta de que hay que tener más integrados a los farmacéuticos”
Existen diferentes modelos de farmacia en todo el mundo, ¿pero qué retos conjuntos afrontan?
Hay modelos de farmacia distintos en el mundo porque la prestación sanitaria en cada país es muy diferente. Durante el tiempo que estuve de presidente de la Agrupación Farmacéutica Europea (PGEU) tuve la oportunidad de ver las grandes diferencias que hay entre los sistemas. España tiene un sistema sanitario universal, con todo cubierto, pero hay otros sistemas que no son universales ni gratuitos.
Hay un abanico muy amplio de sistemas sanitarios que hace que haya distintos sistemas de prestación farmacéutica. En nuestro país tenemos un centro de salud por cada zona, en Castilla y León tenemos 3.400 consultorios, esto no existe en Europa. Tampoco la dispersión geográfica es igual en todos los países. En países como Dinamarca hay una farmacia por cada 17.000 habitantes y España tiene una farmacia como máximo por 2.100 habitantes. Esto da lugar a que la prestación farmacéutica sea de otra manera.
En la parte común, los farmacéuticos como profesionales sanitarios pueden hacer muchísimas funciones dentro de sus competencias. Muchas veces estas solo se han utilizado como ha pasado también en otros países europeos en momentos de crisis. Creemos que esto no se debe hacer solo en estas situaciones porque beneficia a los ciudadanos y los pacientes.
“Los farmacéuticos como profesionales sanitarios pueden hacer muchísimas funciones dentro de sus competencias, que muchas veces solo se han utilizado en momentos de crisis”
¿Qué encaje tiene la farmacia online en el sistema actual y cómo se puede hacer sin que suponga un riesgo para el paciente?
Lo primero que se tiene que intentar desde el punto de vista farmacológico fundamentalmente es la seguridad del paciente. Por otra parte, tiene que haber contacto humano del profesional con el ciudadano.
Habrá gente que no esté de acuerdo porque hay intereses de muchos tipos, pero creo que no hemos aprendido que en el mundo de la salud el profesional sanitario tiene que estar en contacto directo con el ciudadano y le tiene que ver personalmente. Las herramientas tecnológicas están muy bien, pero no tanto para los procesos médicos o farmacológicos con los ciudadanos.
Si algo hemos hecho durante la pandemia de lo que no nos arrepentimos y queremos seguir potenciando es el contacto directo y la humanización con el ciudadano. Me inquieta pensar que a estas alturas de la vida tengamos que estar hablando de la humanización de la sanidad. El farmacéutico no la ha perdido y no quiere perderla.
“Lo primero que se tiene que intentar desde el punto de vista farmacológico fundamentalmente es la seguridad del paciente. Por otra parte, tiene que haber contacto humano del profesional con el ciudadano”
Durante la pandemia la farmacia ha jugado un papel importante en la concienciación para la vacunación de la población, ¿qué pasos pueden darse en esta nueva fase en la que ya se habla de “gripalización“?
Para nosotros no es el centro de nuestra profesión en estos momentos. Tenemos ahora una serie de servicios sanitarios fundamentalmente asistenciales que tenemos que potenciar. Además, son servicios que necesitan los ciudadanos y las administraciones para poder entre todos poder hacer mejor las cosas: adherencias, seguimientos, configuraciones de los medicamentos… Ahora mismo no creo que el problema de la población española sea la vacunación.
¿Cómo se puede mejorar la conexión de la oficina de farmacia con la atención primaria y la farmacia hospitalaria?
Con la farmacia hospitalaria ya hemos sido capaces de hacerlo con 69 servicios de farmacia para ciertas patologías y determinados casos. Ahora, tenemos que apostar por la atención primaria. El Gobierno junto a las 17 comunidades autónomas han establecido un plan de atención primaria y habrá que ponerlo en funcionamiento. Desde el punto de vista de organización, nuestra relación y manera de trabajar, por ejemplo, con la Organización Médica Colegial (OMC), es estupenda y tenemos un entendimiento fenomenal. Hay temas que forman parte de las decisiones que tiene que tomar la administración. Los jefes de servicio y gerentes de los organismos tienen que hacer valer que la relación entre farmacéuticos y médicos es buena para el sistema y los ciudadanos. A nosotros nos parece fundamental.
“Si la receta electrónica la utilizamos como en Castilla y León para hacer el seguimiento de aquellos pacientes que no se habían vacunado de gripe es muy útil. Esto ha hecho incrementar todos los ratios de vacunación de manera importante”
En el mundo de la farmacia hemos estado digitalizados desde hace 100 años. Creo que hemos sido el único establecimiento sanitario que desde que aparecieron los ordenadores estamos conectados y tenemos nuestros sistemas de bases de datos y de interacciones a nivel informático. La receta electrónica sería una herramienta que se podría usar de manera clarísima. Está muy bien que invirtamos en tecnología, pero hay que sacarle rendimiento. Si la receta electrónica la utilizamos como en Castilla y León para hacer el seguimiento de aquellos pacientes que no se habían vacunado de gripe es muy útil. Esto ha hecho incrementar todos los ratios de vacunación de manera importante.
Por otro lado, los ciudadanos tenemos un historial farmacoterapéutico por parte del sistema público y otro privado. Para el ciudadano es necesario tener en el mismo sitio el historial público y privado, ya que el médico necesita saber lo que está tomando.
¿Cómo puede ayudar la farmacia al enorme problema actual de la atención primaria?
Creo que los profesionales nos tenemos que mirar el ombligo. Si los profesionales nos parapetamos detrás de los ordenadores tenemos un problema. Yo no dudo de que los recursos sean necesarios, digo que hagamos el mejor uso de ellos, que actualmente no sé si es así. A nivel profesional, no se entiende que haya alguna profesión que esté de manera permanente y constante en batalla con el resto de los profesionales.
“A nivel profesional no se entiende que haya alguna profesión que esté de manera permanente y constante en batalla con el resto de los profesionales”
Al Ministerio debemos mirarle porque es el coordinador, pero para que uno pueda coordinar, los demás se tienen que dejar. Yo he visto que las comunidades autónomas tampoco se dejan coordinar. El problema es que tenemos un país federal sin ser federal. A los farmacéuticos no nos hacen caso y no por eso vamos a dejar de hacer lo que consideramos que tenemos que hacer. No somos en su inmensa mayoría funcionarios públicos, pero si nosotros somos capaces de avanzar, creo que los demás también.
Algunas profesiones tienen que entender que la sanidad es una cosa de todos y hay que sumar. Cuando lo que quieres es estar dando codazos es un poco difícil. Primero, hay que reflexionar sobre ello, arreglar estos problemas y luego exigir a los demás. Estoy seguro que si entre nosotros fuésemos capaces de avanzar, solucionaríamos una parte importante de este problema.
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