Técnicas de RCP y desfibrilación precoz, medidas eficaces para aumentar la supervivencia ante una parada cardiaca. Dra. Marta Martín

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..Dra. Marta Martín. Grupo de RCP de la Sociedad Española de Cardiología.
La parada cardiorrespiratoria (PCR) es una de las principales causas de muerte prematura a nivel mundial. En Europa y los Estados Unidos, fallecen cada año aproximadamente 700.000 personas después de una muerte súbita que no se ha podido recuperar. A la luz de los resultados del Registro Europeo de Paro Cardíaco (EuReCa), la incidencia anual de parada cardiaca extrahospitalaria se sitúa entre 67 y 170 por cada 100.000 habitantes. De estas, aproximadamente sólo un 8% sobreviven al alta hospitalaria.

Muchas de estas paradas cardiacas o muertes súbitas son presenciadas, bien sea por testigos o familiares, según ocurran en la vía pública o en domicilios. Sin embargo, la reanimación cardiopulmonar (RCP) por estos testigos se realiza en menos de 1 de cada 5 paradas cardiacas extrahospitalarias. Aunque esta cifra de RCP por testigos varía entre los diferentes países europeos (13-83%).

La incidencia anual de parada cardiaca extrahospitalaria se sitúa entre 67 y 170 por cada 100.000 habitantes

La cadena de supervivencia esquematiza de forma visual y práctica la secuencia de actuación ante una parada cardiorrespiratoria. La cadena de supervivencia incluye los siguientes eslabones: el primero, implica reconocer rápidamente a la víctima que sufre una parada cardiaca y solicitar ayuda tanto a otras personas, como llamando al 1-1-2 para activar los servicios de emergencia.

El segundo, realizar maniobras de RCP, mediante compresiones torácicas de calidad que favorezcan el flujo sanguíneo mientras el corazón no late. El tercero, realizar una desfibrilación eléctrica precoz, para intentar recuperar el latido cardiaco normal. El cuarto, son las acciones realizadas por los profesionales sanitarios, desde las maniobras de RCP más avanzadas, hasta los cuidados postresucitación, que intentan recobrar la calidad de vida y reducir las posibles secuelas neurológicas.

La mortalidad hospitalaria sigue siendo muy elevada. Y casi dos tercios de estos pacientes fallecen por daño neurológico irreversible secundario a la parada cardiorrespiratoria

A pesar de los avances científicos en los últimos años en los cuidados sanitarios aplicables a un superviviente de una parada cardiaca, la mortalidad hospitalaria sigue siendo muy elevada. Y casi dos tercios de estos pacientes fallecen por daño neurológico irreversible secundario a la parada cardiorrespiratoria.

Sin embargo, existe evidencia científica sólida de que iniciar inmediatamente el soporte vital básico por testigos mejora la supervivencia de 2 a 4 veces después de una parada cardiaca extrahospitalaria. La reducción del tiempo de actuación entre el paro cardiaco y las primeras maniobras de RCP aumenta la probabilidad de la víctima de sobrevivir; de la misma manera que si recibe una desfibrilación precoz.

Las maniobras de RCP básicas y especialmente los dos primeros eslabones de la cadena de supervivencia, son relativamente fáciles de realizar por cualquier ciudadano con un mínimo de entrenamiento, sin necesidad de esperar a la llegada de los equipos sanitarios.

Por tanto, para aumentar las tasas de supervivencia tras una parada cardiaca es primordial, y entrenar a tantos ciudadanos como sea posible con iniciativas como el Día Mundial de la Parada Cardiaca, que se celebra cada año el 16 de octubre. También hay que incentivar en el uso de la tecnología para avisar y ayudar a primeros intervinientes, así como promover programas de enseñanza obligatoria en centros escolares sobre RCP.

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