..Cristina Cebrián.
Las enfermeras especializadas en atención primaria (AP) piden que se aumente el número de profesionales para ofrecer una mejor asistencia a los pacientes. Así, Ana López-Torres, especialista en enfermería familiar y comunitaria, comenta en iSanidad con el fondo de la estrategia #EnfermerasSXXI, la actual situación de esta especialidad.
En el marco de la campaña Nursing Now y en colaboración con EnferConsultty, López-Torres recuerda que, aunque los centros de salud reciben a grandes profesionales de la enfermería, aún son necesarias más enfermeras de atención primaria. La experta también dedica parte de su tiempo a la tutoría EIR. En este sentido, considera imprescindible facilitar la coordinación entre la labor enfermera y la docente, así como establecer una norma que recoja ese tiempo establecido.
¿Cómo ve la situación de la atención primaria en nuestro país? Y, particularmente, de la enfermería familiar y comunitaria.
La situación de la AP en España, si nos fijamos en el bombardeo de información que nos llega constantemente, en redes sociales, en información de algún colectivo, sindicatos, etc,. podríamos pensar que está al borde del abismo. Pero para evaluar la situación es mejor tomar distancia, mirar hacia atrás e imaginar el futuro.
En los centros de salud recibimos grandes profesionales enfermeras pero sin competencias básicas de atención primaria
Echando la vista atrás y en cuanto a la enfermera familiar y comunitaria, la visión no es tan negativa. Desde que yo empecé a trabajar en AP hace más de 20 años, hemos crecido en competencias y desarrollo profesional, en autonomía y capacidad de intervención. La investigación enfermera en primaria cada vez está más presente. Desde hace 9 años se están formando especialistas en atención familiar y comunitaria en los centros de salud y, a día de hoy, ya hay comunidades que están contratando especialistas para la atención de la población y convocando plazas en ofertas de empleo público.
Creo que todas comunidades han creado la categoría profesional de especialista en atención familiar y comunitaria. Ahora queda por definir el puesto de trabajo, adaptar las bolsas específicas y diseñar las ofertas de empleo en la mayoría de los servicios de salud.
Este es uno de los puntos débiles pendientes de abordar y depende de políticos y sindicatos el que se realice. Mientras tanto, seguimos recibiendo periódicamente en los centros de salud grandes profesionales en otros campos de enfermería, pero sin competencias básicas de atención primaria. Desgraciadamente quienes se ven afectados por estas decisiones políticas son fundamentalmente la población.
Para las personas que atendemos no es justo que exista tanta variabilidad en cuanto a la atención que reciben en función de donde vivan
Una enfermera que se incorpora a trabajar a un centro de salud, después de varios años de experiencia en otros ámbitos (mínimo 25 para lograr un traslado, necesita varios años para adquirir las habilidades necesarias para desarrollar todas las actividades que comprende la especialidad.
Éstas pueden ser: atención a la comunidad; destrezas para facilitar el cambio de hábitos en la población; dirigir a la población hacia la adquisición de capacidad para el autocuidado; atender a la fragilidad, la soledad, a las personas cuidadoras, el duelo; abordaje de una parentalidad positiva; promoción de la salud y muchos otros procesos que diariamente atendemos en nuestras consultas y los domicilios.
Y esto último es urgente. Para las personas que atendemos no es justo que exista tanta variabilidad en cuanto a la atención que reciben en función de donde vivan. Porque una persona que es atendida en un centro de salud determinado puede beneficiarse de una oferta de servicios enfermeros mayor que otro paciente que vive a dos calles y acude a otro centro de salud. Esto se llama inequidad y va en contra de los valores de la sanidad pública de la que tan orgullosos estamos en este país.
¿De dónde saca tiempo la enfermera para dedicarse a la docencia y tutoría EIR?
Para ser sincera, de donde se puede. Como tutora EIR el primer año de residencia dispongo de dos días el primer semestre y dos días el segundo, para realizar funciones de tutorización, fundamentalmente las entrevistas con la residente y la evaluación. Estos cuatro días son con presupuesto para suplente. El segundo año disponemos de once días para formarnos en otros servicios o unidades de interés, sin presupuesto para suplente, ya que es la residente quien suple la actividad diaria del centro de salud.
Hay que repensar la organización en los centros, no se pueden mantener las agendas actuales que dejan todo el peso de la actividad diaria a la consulta
Si bien es cierto que a veces falta tiempo y se nos presentan las fechas en las que hay que evaluar casi sin darnos cuenta, la tutorización es una labor transversal y continua. Son enfermeras graduadas con una cantidad de conocimientos que comparten con nosotras. Además, el aprendizaje es bidireccional, ellas aprenden las competencias que distinguen la atención familiar y comunitaria de otras especialidades y a su vez las enfermeras del equipo nos enriquecemos de sus conocimientos y su capacidad de trasmitir al equipo el resultado de su aprendizaje.
¿Considera necesario que administraciones y gerentes faciliten la coordinación entre la labor enfermera y la docente? ¿Cómo se puede mejorar?
Es imprescindible. Las profesionales que forman tanto en pre como en postgrado necesitarían disponer de más tiempo para ejercer estas funciones y formarse en técnicas docentes. Ese tiempo debería estar establecido por norma, recogido en algún documento y de obligado cumplimiento.
Para poder formar adecuadamente a nuestros futuros especialistas es importante planificar cómo lo vamos a hacer, evaluar la progresión a lo largo de la rotación y poder reorientar ésta según el aprendizaje de cada residente. Y eso es imposible de hacer si la actividad diaria del centro de salud no se reorganiza.
Hay que repensar la organización en los centros, no se pueden mantener las agendas actuales que dejan todo el peso de la actividad diaria a la consulta y prácticamente nada para otras funciones como son la atención domiciliaria, la formación y la investigación.
Ser el primer nivel de atención nos permite a las enfermeras de atención primaria adelantarnos a los problemas e intervenir para prevenir
Por supuesto que es importante la atención en consulta, pacientes crónicos, históricamente, es el grueso de nuestra atención y en los últimos años el trabajo con esta población ha cambiado. De hecho, actualmente se busca proporcionar herramientas para el autocuidado más que hacer seguimientos de por vida. Otros procesos y momentos vitales también son atendidos en consulta, pero no pueden ocupar el 80% de la actividad diaria.
¿Qué le diría al recién graduado en Enfermería que duda a la hora de elegir la especialidad de Enfermería familiar y comunitaria?
Aún me sorprendo cuando vienen alumnos y alumnas de enfermería a rotar por el centro de salud y desconocen lo que hacemos cada día. Se sorprenden muchísimo de cómo se trabaja, de las diferentes intervenciones que en un mismo día podemos llegar a hacer.
Así como del trabajo tan autónomo e independiente que la enfermera de primaria desarrolla, dentro de un equipo pero con mayor desarrollo en toma de decisiones hacia las personas que atendemos; de las relaciones entre profesionales y estamentos que nada tienen que ver con otros servicios; de la organización de actividades comunitarias y la coordinación con el ámbito social. También es cierto que mi trabajo se desarrolla en un pueblo donde la relación con los servicios municipales, educación, asociaciones, etc., es muy estrecha y coordinada. En otros centros esto lo tienen más difícil.
La población sí reconoce nuestra labor y cuentan con nosotras para desarrollo de acciones comunitarias
Les diría que cada día es diferente. Que ser el primer nivel de atención nos permite adelantarnos a los problemas e intervenir para prevenir. Que atender a las familias, desde el nacimiento hasta la muerte en todas las etapas y momentos vitales, nos hace ser referentes para la población. Y que si bien queda mucho por hacer, cada vez está mejor reconocida la especialidad.
¿Hasta qué punto los pacientes son conscientes de la labor que realiza la enfermera familiar y comunitaria?
Los pacientes son conscientes, aunque no todo lo que cabría esperar después de 40 años desde que las enfermeras tienen presencia en atención primaria, con nuestro espacio propio y tras diez años de la especialidad.
En mi entorno, mezcla entre ciudad dormitorio y zona rural con un nivel sociocultural medio-bajo, es algo muy variable. Creo que la población sí reconoce nuestra labor y cuentan con nosotras para desarrollo de acciones comunitarias. Además, estamos muy presentes en los colegios, en las actividades con servicios sociales, en la relación con ayuntamientos, etc. El hecho de ser enfermeras de familia facilita que se nos reconozca. También potencia la relación de confianza que se establece con la población cuando eres la enfermera de los niños desde que nacen y a lo largo de toda la vida.
En ocasiones, los adolescentes acuden a las enfermeras de atención primaria ante situaciones difíciles que no saben cómo afrontar
Por otro lado, es frecuente que madres y padres recurran a nosotras cuando tienen dudas sobre el desarrollo y la educación de sus hijos. En ocasiones, los adolescentes acuden a nosotras ante situaciones difíciles que no saben cómo afrontar. Y las familias nos reconocen en aquellas cuando, por desgracia, tienen algún miembro en situación terminal y compartimos cuidados con los equipos de paliativos.
En los centros de salud de ciudades como Madrid, en zonas de población diferentes a esta, se conoce menos. Es labor de todos, desde los profesionales y compañeros de otros niveles de atención hasta gestores, sociedades científicas, asociaciones y medios de comunicación.
Este es uno de los retos para el año que viene y tenemos la gran oportunidad con el movimiento Nursing Now, promovido por el CIE y la OMS. Invito a todas las compañeras a unirse en sus ciudades y comunidades a los grupos que se han creado, así como a informarse de las actividades que desarrollan para difundirlas.
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